El Tribunal Supremo de EEUU reconoció ayer el derecho de los estadounidenses a poseer armas de fuego, al considerar «inconstitucional» una ley de la capital del país, Washington, que las prohibía en su jurisdicción. También anuló el requisito establecido en Washington, cuyas autoridades aseguran que la prohibición ha contribuido a reducir la delincuencia, de que las armas de fuego tengan seguros que las bloqueen.

Se espera que la decisión, por cinco votos a favor y cuatro en contra, avive la polémica sobre la tenencia de armas para la defensa personal, un derecho consagrado en la Segunda Enmienda de la Constitución. Los jueces argumentaron que la historia del país apoya el derecho a poseer y portar armas, incluso antes de que se adoptara la Segunda Enmienda, en 1791.

La Constitución de EEUU no dice en ningún caso que se prohíbe «de forma absoluta la tenencia y uso de pistolas para la defensa personal en casa», según el Supremo.

La enmienda dice, textualmente, que «siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas».

Se trata del primer pronunciamiento definitivo del Tribunal Supremo sobre el derecho a llevar armas, asunto que enfrentó a partidarios de las dos posturas, que se manifestaron en las escalinatas de la sede de esa Corte.

Doscientos millones

Varios estudios afirman que hay unos 200 millones de armas en circulación en EEUU para 300 millones de habitantes y que el 45% de los hogares posee al menos una. Cada año las armas de fuego son responsables de cerca de 30.000 muertes en ese país. Según el Brady Center (contrario a las armas), ocho mineros mueren así cada día en EEUU, donde las armas cuestan anualmente 100.000 millones de dólares en rentas perdidas por estas muertes y en gastos médico, policial y judicial.