El Festival de Avignon, una de las citas anuales más importantes del panorama internacional contemporáneo del teatro y danza -algunos han llegado a decir que es el mejor festival de teatro del mundo-, celebrará su edición número 62 entre el viernes próximo y el 26 de este este mes. Una edición muy europea, principalmente porque se ha querido dar «lustre cultural» a la presidencia francesa de la Unión Europea.

Según las previsiones iniciales, se expenderán alrededor de 130.000 entradas para 35 espectáculos de vanguardia en teatro, danza y otras disciplinas, como las artes plásticas o la música. Durante tres semanas, el Palacio de los Papas se convertirá en el epicentro de una intensa actividad, que irá desde lecturas y performances, hasta debates y encuentros. Los dos jóvenes directores del festival, Hortense Archambault y Vincent Baudriller, afrontan su segundo «mandato» de cuatro años con dos estrellas como «artistas asociados»: la actriz francesa Valérie Dréville y el reconocido director italiano Romeo Castellucci. «La existencia de dos artistas asociados nos permite reforzar la idea de diálogo que está en la base de nuestro proyecto», apuntó Archambault en la presentación ante la prensa internacional de la nueva edición del prestigioso festival.

Símbolo de una edición que quiere hacer hincapié en la importancia de los intérpretes, Valérie Dréville estará presente durante todo el festival con la interpretación, junto a otros actores y sin utilizar a un director escénico, de «Partage de midi», de Claudel. Por su parte, Romeo Castellucci, fundador de la compañía italiana de teatro Societas Raffaello Sanzio, dará vía libre a lo que será un paso más de lo que él mismo denomina como «teatro químico».

Romeo Castellucci vive con su esposa y compañera de trabajo, Chiara Guidi, en Cesena, un caserío situado entre Bolonia y Rimini, instalados junto a su hermana Claudia en una antigua escuela de formación profesional que ocuparon en 1995. En esa fábrica de ideas, sentimientos y proyectos, el clan Castellucci convive con otros actores y sus animales de granja y allí han preparado su siguiente aventura: tres historias inspiradas en «La Divina Comedia» , de Dante -«Inferno», «Purgatorio» y «Paradiso»-, cuyo estreno mundial adquirirá un cariz especial al producirse en la Corte de Honor del Palacio de los Papas, uno de los lugares emblemáticos del festival.

Los artistas del Viejo Continente protagonizarán una edición especial, con figuras como el alemán Thomas Ostermeier, director de la vanguardista Schaubühne de Berlín, con su versión del «Hamlet», de Shakespeare. También estará otro viejo amigo del festival, el provocador coreógrafo flamenco Jan Fabre, con «Another sleepy dusty delta day», un solo interpretado por la bailarina croata Ivana Jozic, mientras que los belgas «atacarán» también con fuerza, porque Ivo van Hove anuncia un espectáculo de nada menos que seis horas de duración.