El instituto navarro del euskara no despega
La crisis interna y los recortes presupuestarios frenan al Instituto Navarro del Euskara
Vientos de crisis sacuden al Instituto Navarro del Vascuence o Euskarabidea, cuando ni siquiera ha agotado su primer curso. Confluyen dos causas: las discrepancias organizativas -que han provocado el cese del director del Servicio de Asesoramiento e Investigación, Mikel Aranburu- y los recortes presupuestarios ordenados por Miguel Sanz, que ponen en el alero las ayudas a medios o el estudio sociolingüístico sobre la Ley del Vascuence.
Ramón SOLA
El recién nacido Instituto Navarro del Vascuence, denominado también Euskarabidea, no termina de despegar. A las discrepancias sobre el funcionamiento -que han provocado el cese del director del Servicio de Asesoramiento e Investigación, Mikel Aranburu, por parte del máximo dirigente, Xabier Azanza- se les suman los recortes presupuestarios derivados de la crisis, que amenazan con impedir que en 2008 haya ayudas por el euskara para los medios de comunicación o se ponga en marcha el estudio sociolingüístico prometido como base para una eventual reforma futura de la Ley del Vascuence.
Las dos cuestiones llevaban algún tiempo larvadas, pero han terminado por estallar durante la pasada semana. El viernes se filtró la destitución de Mikel Aranburu por parte de Xabier Azanza, después de que sus discrepancias sobre el modelo del Instituto y el modo de gestionarlo se hicieran públicas y notorias. Y casi al mismo tiempo se supo que el Departamento de Educación, en el que se encuadra este Instituto, había «bloqueado» partidas presupuestarias muy significativas. Ha sido en cumplimiento de la orden de restricción de gastos formulada a todo el organigrama gubernamental por su presidente, Miguel Sanz.
La confluencia de ambas situaciones, además, ha provocado una notoria desazón entre la plantilla de Euskarabidea. Se trata, en casi todos los casos, de funcionarios que pasaron la travesía del desierto que supuso la Dirección General de Política Lingüística de Pedro Pegenaute y que esperaban que con el tándem formado por el consejero Carlos Pérez-Nievas y el director gerente Azanza se produjeran cambios significativos y un mayor impulso al euskara. Por el momento, las expectativas abiertas no se están cumpliendo en la práctica, más allá de una política de gestos patente en la creación de este Instituto, en la puesta en marcha de nuevo del Consejo Navarro del Euskara o en la reunión mantenida en su día por Azanza y Pérez-Nievas con sus homólogos de Lakua, Patxi Baztarrika y Miren Azkarate.
En la presentación de este Instituto, el pasado mes de setiembre, el consejero de CDN afirmó que su objetivo era «tratar al euskara como debe ser tratado». Dejó claro que «no se plantea un cambio revolucionario en la política lingüística» del Gobierno navarro, «pero tampoco un lavado de cara».
Azanza promete «desbloqueos»
De los dos aspectos reseñados, la cuestión más sustancial para la ciudadanía euskaldun del herrialde es la que se deriva de los recortes presupuestarios. Según ha podido constatar GARA -ver el cuadro adjunto-, a fecha del pasado jueves partidas tan importantes como la destinada a subvenciones a medios de difusión que usan el euskara o la comprometida para el estudio sociolingüístico se habían quedado sin dotación económica para este año.
Azanza se encuentra de vacaciones, pero Euskalerria Irratia consiguió entrevistarle. En sus micrófonos, el ex presidente de la Federación de Ikastolas de Nafarroa aseguró que la dotación de ayudas a los medios se mantendrá sólo parcialmente, con un montante inferior a los 310.000 euros aprobados en los presupuestos para 2008. Pero a día de hoy no hay garantía alguna de que el concurso, que ya acumula cierto retraso, se vaya a resolver y a materializar en este año, más allá de la palabra de Azanza.
Por lo que respecta al estudio sociolingüístico, la partida de 60.000 euros aprobada para ponerlo en marcha está igualmente bloqueada. Azanza admitió este hecho, pero aseguró que el informe se llevará a cabo. Otra cosa es cuándo. Y cabe recordar que el Gobierno de UPN-CDN plantea este estudio como un paso previo imprescindible para abordar un debate sobre cualquier modificación de la Ley del Vascuence. En concreto, Pérez-Nievas dijo el pasado 3 de junio en el Parlamento que presentaría el trabajo en el tercer trimestre del año y que a partir de ahí se podrían tomar decisiones.
Así las cosas, los euskaldunes se tendrán que conformar por ahora con el leve retoque emprendido por la oposición para incluir cinco municipios de la «zona no vascófona» en la «zona mixta», una iniciativa que el propio consejero ha asegurado que tiene una incidencia mínima. La modificación fue relanzada la pasada semana por el Parlamento navarro después de que el primer intento fracasara por la conocida ausencia del electo de Nafarroa Bai Txentxo Jiménez.
Aunque Azanza muestre voluntad para ello, el «desbloqueo» de esos dos programas actualmente vaciados no será cuestión fácil. Euskarabidea puede solicitarlo, pero la decisión final queda ya en manos del Departamento de Hacienda, que obligará a que a cambio se sacrifiquen otras partidas. Y el margen es escaso teniendo en cuenta que hay un buen número de gastos fijos inamovibles (retribuciones...) y otras inversiones que ya han sido gastadas o están adjudicadas (publicaciones, subvenciones a euskaltegis, ayudas a investigación...)
La situación no es exclusiva de Euskarabidea, pero sí tiene una importante repercusión en el Instituto, como puede verse. El recorte presupuestario fue ordenado por Miguel Sanz, presidente del Ejecutivo, la pasada semana, debido a la caída de los ingresos previstos para las arcas forales a consecuencia de la crisis económica general. Sanz ha ordenado suprimir 150 millones de euros presupuestados (en torno al 4,5%). No todos los departamentos lo sufren por igual: a Educación le toca quitar 25,6 de esos 150 millones, y buena parte de ellos serán detraídos del Instituto del Vascuence.
Aranburu, uno de sus dos directores
En paralelo se ha anunciado el cese de Mikel Aranburu, que era uno de los dos directores de servicio con que cuenta el organigrama de Azanza (el otro es Julen Calvo, que se encarga del Servicio de Desarrollo del Vascuence y ya trabajó con Pegenaute). La noticia se filtró el viernes, aunque no queda claro si se ha ejecutado ya. Azanza explicó en Euskalerria Irratia que quizás se materializaría en la reunión del Consejo de Gobierno de ayer, pero el cese no figura en la lista de decisiones adoptadas. En cualquier caso, Aranburu se ha dado ya por destituido.
Ambos habían mantenido discrepancias sobre iniciativas de Euskarabidea como la definición de los criterios idiomáticos para definir las plantillas orgánicas de los ayuntamientos, la posibilidad de implantar un plan de asesoramiento para las administraciones públicas o el desarrollo de la propia encuesta sociolingüística, que todavía ni siquiera había sido encargada pese a que la intención era llevarla a cabo en setiembre y octubre y presentarla en noviembre.
En las últimas semanas, Azanza y Aranburu habían confrontado sus criterios ante el propio consejero de Educación, Carlos Pérez-Nievas. Por plantear el conflicto central de modo genérico, el máximo dirigente del Instituto reclamaba de Aranburu una mayor celeridad y concreción en la toma de decisiones, mientras que el segundo defendía la necesidad de mantener un diálogo estrecho y recoger aportaciones desde el movimiento euskaltzale. Finalmente, Azanza ha optado por el cese de Aranburu, con la intención aparente de aprovechar el verano para que el relevo sea menos traumático.
Si el final del paso de Mikel Aranburu por Euskarabidea ha sido tortuoso, no lo fue menos su ingreso en el Instituto, dado que inicialmente se filtró que era él quien había sido elegido por Pérez-Nievas para liderar Euskarabidea. Sin embargo, y tras escuchar algunas declaraciones públicas de este profesor de Instituto, el consejero optó por «enfriar» el nombramiento, y finalmente anunció el «fichaje» de Xabier Azanza, que hasta ese momento había presidido las ikastolas navarras.
Está por ver si el cese tiene efectivos añadidos en el seno de un instituto en el que el malestar por la acumulación de trabas es evidente, y que empieza a hacer pensar que la etapa de Carlos Pérez-Nievas y Xabier Azanza no será sustancialmente mejor que la que tuvo como protagonistas a Pedro Pegenaute y Luis Campoy.