Dispersión
María San Gil, paradigma de la democracia norteamericana, según la cual cualquiera puede llegar a ser presidente de algo -por ejemplo los mismísimos USA-, anuncia que discrepa de la dirección de su partido en «cómo debe enfrentarse a la dispersión». Pudiera pensar alguien que ha leído las recomendaciones de los organismos humanitarios y demanda el fin de la crueldad organizada. No. Habla de la «dispersión de la idea nacional». De España, claro.
OLASO