Semestre nefasto para todos los mercados de valores
El primer semestre se despide con fuertes bajadas en todos los mercados de renta variable y pocas esperanzas de recuperación para la segunda parte del año. La crisis crediticia, el precio del petróleo y el aumento de la inflación han sido un obstáculo insalvable. Muchos índices mundiales registran pérdidas históricas y se mueven en mínimos anuales.
Albero CASTRO |
El final del primer semestre ha llegado en medio de un torrente de malas referencias desde todos los ámbitos, aunque su gestación va más allá de 2008 y se podría situar en el verano del año pasado, cuando emergieron los primeros desastres ocasionados por la crisis de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos.
El efecto «bola de nieve» ha ido dejando al descubierto una a una todas las piezas del manejo aventurero de las llamadas hipotecas de baja calidad, a la vez que aumentaba de tamaño y alcanzaba también a los bancos europeos, que contaban con algunos productos contaminados.
De este tumulto de ramificaciones salió disparada la crisis crediticia y financiera, en la que tuvieron que intervenir los organismos monetarios de todo el mundo con ingentes inyecciones de liquidez, necesarias tanto para el sostenimiento saludable del sistema como para la propia estabilidad de las entidades bancarias.
A la vista está que, a día de hoy, no se han terminado de purgar los excesos y todavía siguen apareciendo bancos que necesitan importantes provisiones para tapar los agujeros.
Alguno de ellos, como Bear Stearns, tuvo que ser rescatado por las autoridades públicas, a fin de evitar estragos mayores en el sistema financiero estadounidense.
Otros, como Citigroup, han admitido pérdidas millonarias en sus balances trimestrales, y no se descarta que vuelvan a surgir más entidades financieras hasta con problemas de pura supervivencia.
Petróleo
No menos determinante en la evolución negativa de las bolsas de todo el mundo ha sido el precio del petróleo, que ayer marcaba nuevos máximos históricos al superar los 143 dólares por barril. Desde que el 28 de febrero sobrepasara los 100 dólares, el elevado precio del crudo se ha convertido en un obstáculo infranqueable.
Y todo apunta a que la situación podría empeorar, puesto que algunos expertos están vaticinando niveles de hasta 170 dólares para el medio plazo, algo que convertiría en misión imposible la contención de los precios.
Aunque no hay un diagnóstico exacto, las culpas para el brutal encarecimiento del crudo se las reparten la especulación -se dice que el 70% de la operativa está en sus manos-, la fuerte demanda energética de países asiáticos, las dificultades para el refino y, en última instancia, el miedo a una oferta insuficiente.
El cuadro del desastre se completa con la continua subida de la inflación, que tampoco tiene visos de moderarse próximamente al cabalgar sobre los lomos de las gráficas de los precios de los productos energéticos.
Y si éstos no detienen su escalada, se hará difícil ver la luz en lo que resta del año. Para ello, las políticas monetarias a ambos lados del Atlántico tratan de frenar esa subida, aunque deberán tener cuidado de no pisar el freno en exceso puesto que la economía se encuentra en evidente fase de desaceleración.
Tipos
Es más, en Estados Unidos, que aumentó su PIB un 1% en el primer trimestre, todavía no se puede descartar la recesión. Por el momento, sólo el BCE, que se reunirá el próximo jueves, parecer tener margen para aumentar los tipos de interés un 0,25%, hasta el 4,25%.
Algo casi seguro después de saberse que el dato del IPC adelantado de la eurozona de junio subió hasta el 4%. La Reserva Federal, por su parte, los mantiene en el 2%, aunque ha cambiado hacia un sesgo favorable a la subida de persistir los riegos inflacionistas.
El Ibex 35, con una caída del 20,66% presenta el peor semestre desde 1990 y su primer descenso en seis años entre los meses de enero y junio. Para el CAC 40, que baja un 21%, es su peor balance desde el segundo semestre de 2002.
Las bolsas han reflejado fielmente el miedo a la extensión de la crisis económica con caídas históricas en sus balances semestrales. El Ibex, que resta un 20,66%, presenta su peor semestre desde 1990 y su primer descenso en seis años para este periodo. El resto de plazas europeas no ha terminado mejor: el CAC 40, en su peor balance desde el segundo semestre de 2002, se deja un 21%, el Dax Xetra, un 20,44%, y el Footsie 100, un 12,87%. En EEUU, sin embargo, ninguno de sus tres índices principales pierde más del 15%. Los valores que han podido esquivar esta racha bajista se cuentan con los dedos de una mano. En el Ibex, sólo Grifols (+31,67%), Técnicas Reunidas (+21,63%), Repsol (+2,67%) y Mapfre (+1%) han podido huir de los números rojos. En el CAC 40, la lista se reduce a Vallourec (+20,39%), ArcelorMittal (+18,07) y GDF (+2,05%). El resto ha sufrido una fuerte presión vendedora, ya que los inversores prefieren mantenerse al margen a la espera de que se supere este escenario. La mayoría de expertos aconsejan mantenerse en liquidez hasta, al menos, finales del verano. El nutrido capítulo de bajadas está encabezado por Telecinco
(-53,63%), BME (-49,25%) e Iberia (-49,33%). Si miramos al índice CAC 40, los mayores descuentos corresponden a Pernod-Ricard (-58,73%), Renault (-46,29%), EADS (-44,85%) y Societé Générale (-44,41%). En este panorama, se hace difícil pensar que muchos títulos consigan dar vuelta a la situación en el segundo semestre.