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La OCDE afirma que los agrocarburantes «encarecen» el precio de los alimentos

La crisis energética provocada por los combustibles fósiles hizo que se utilizaran otras formas alternativas de producir combustible, por medio de la producción agraria. En principio, se decía que esa energía no sólo era más barata, sino eficaz. Sin embargo, la OCDE cuestiona esa rentabilidad, porque está compensada por enormes ayudas públicas y su efecto de eliminación de contaminación a la atmósfera no es tan elevado. En cambio, sí lo son los precios agrícolas.

Juanjo BASTERRA |

Un informe del club de los treinta países más industrializados, que fue presentado ayer en París, destaca el «elevado coste» y la «falta de eficacia» de las políticas de apoyo a los biocarburantes en los países de la OCDE.

Cuestiona de forma tajante esa situación porque, entre otras razones, está provocando que los precios de los productos agrícolas se eleven, debido a la especulación que se está produciendo en los mercados financieros con las materias agrícolas. «El apoyo público a la producción de biocarburantes en los países de la OCDE cuesta caro. Persigue reducir las emisiones de gas de efecto invernadero y mejorar la seguridad energética, pero tiene un efecto al alza sobre los precios mundiales de los productos vegetales», según explica el informe que lleva por título «Evaluación económica de las políticas de apoyo a los biocarburantes».

Según los datos que aporta el estudio, en Estados Unidos, en Canadá y en la Unión Europea, el apoyo público destinado al suministro y al consumo de biocarburantes debería suponer 25.400 millones de dólares anuales hasta el año 2015 para alcanzar los retos que se han fijado sobre el consumo de «biocombustibles». Esa cantidad es dos veces y media mayor que la que están destinando en ayudas a la producción de los agrocombustibles.

Un dato importante que recoge el estudio es que el apoyo a los biocarburantes cuesta entre 960 y 1.700 dólares para cada tonelada de gas de efecto invernadero evitada». Estas ayudas públicas están centradas en medidas presupuestarias, desgravaciones de impuestos o ayudas financieras directas que, en su gran mayoría, se destinan precisamente a amparar a quienes utilizan la especulación financiera para hacer negocios.

Según la OCDE, los efectos negativos a medio plazo de estas medidas sobre la producción agrícola son importantes, aunque no deben ser sobrestimados. Se calcula que el 12% de la producción mundial de cereales secundarios y el 14% de la producción mundial de aceite vegetal podrían dedicarse a medio plazo a la producción de biocarburantes. Se elevarán al 13% para los cereales secundarios y al 20% para el aceite vegetal, una vez que entre en vigor en Estados Unidos «la ley sobre independencia y seguridad energéticas» y se apruebe en la UE «el proyecto de directiva sobre energías renovables».

La OCDE reconoce que los precios del petróleo son más altos todavía, pero destaca que las materias agrícolas para producir los «biocombustibles» están encareciéndose mucho en estos momentos. Así las cosas, advierte de que «los precios mundiales del maíz, el trigo y los aceites vegetales han aumentado en un 86%, 110% y el 91% respectivamente entre los años 2004 y 2007». Este hecho ha generado que «el coste de producción del combustible biológico haya aumentado en la mayoría de los países de la OCDE».

El estudio recuerda que «el boquete entre el coste de producción y el valor de la energía final se ha ensanchado». Esta situación lleva a la OCDE a pensar que sin las importantes ayudas oficiales, el agrocarburante no sería una fuente de energía rentable, dado que se calcula que la reducción de las emisiones de gases invernadero estaría entre el 0,5% y el 0,8% anual.

25.400 millones

El estudio asegura que Estados Unidos, Canadá y la UE necesitarán apoyar con 25.400 millones anuales hasta el año 2015 la transformación de los biocombustibles para poder alcanzar los objetivos previstos en sus políticas energéticas.

Especulación

Los precios de las principales materias primas para conseguir ese supuesto combustible verde se han encarecido en los últimos cuatro años entre un 86% y un 110%. La especulación financiera es una de las causas fundamentales.

Los precios del maíz, trigo y aceites vegetales crecerán más

La OCDE recomienda, como principal conclusión, que los países más avanzados desarrollen de forma exponencial la tecnología de segunda generación de obtención de biocombustibles, porque se calcula que entre los años 2013 y 2017 «tendrá que aumentar la fuente total y el uso de combustibles biológicos en 13.000 millones de litros en biodiésel y en 17.000 millones de litros en etanol» para alcanzar los objetivos que se han fijado los países desarrollados para ahorrar energía proviniente de combustibles fósiles. Este hecho plantea, por otro lado, la necesidad de que haya más superficie agrícola destinada a estos fines. «Habrá que tener especial cuidado con este tema, porque los efectos de una desmesurada actividad agrícola pueden ser perjudiciales para el medio ambiente», advierte.

Sin embargo, el impulso de la energía de los productos agrícolas ha generado un importante aumento del precio de esas materias primas, dado que han entrado en juego los especuladores financieros, que han visto en este área de desarrollo un negocio a medio camino. De hecho, la OCDE advierte de que los precios del trigo, el maíz y los aceites vegetales seguirán en una senda ascendente durante, al menos, los próximos diez años. Se esperan crecimientos de entre el 7% al 19% interanual en estas producciones.

El organismo internacional recomienda, por último, a los gobiernos a que orienten sus políticas hacia un menor consumo energético, en particular en el sector de los transportes. En este caso, reconocen que es «muy difícil». J. BASTERRA

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