Tras la tempestad del día anterior con el nuevo duro golpe al ciclismo que supuso el affaire Riccó y la retirada del Saunier Duval, el Tour vivió una jornada de calma en la que no se produjo nada noticiable, porque que Cavendish gane un sprint ha dejado de ser noticia.

El velocista inglés del Columbia se impuso con clara superioridad en la llegada de ayer a Nimes en una etapa marcada por una escapada protagonizada de salida por Terpstra (Milram) y Brard (Cofidis) y que fue anulada por el pelotón a falta de diez kilómetros. El Silence Lotto controló la carrera hasta que los equipos que no entraron en la fuga comenzaron a trabajar para anularla, con especial protagonismo para La Française tras el segundo puesto de Sebastien Chavanel del día anterior y del Agritubel, que confiaba en Casper, aunque sólo pudo ser vigésimo y en su lugar Feillu se metió en la pelea para ser tercero.

Estos equipos y el Columbia recortaron una diferencia que estuvo controlada y apretaron cuando Terpstra se quedó solo por delante. El Cofidis lanzó por detrás a Auge para hacer pareja con Brard hasta que les atrapó el pelotón y, cuando fue anulado el de Milram, lo intentó Sylvain Chavanel. Pero los equipos de los sprinters tenían controlada la carrera y consiguieron que la etapa se decidiera al sprint por cuarta vez y, como en las tres anteriores, Cavendish demostró que es el más rápido con diferencia al aventajar en dos bicicletas a los demás.

Los equipos de los restantes sprinters se lo tendrán que pensar para el futuro salvo que haya algún puerto ya que Cavendish es el primero que se queda. Que los corredores del Française des Jeux o Agritubel trabajen como posesos para que sus sprinters hagan el décimo y el vigésimo no tiene mucho sentido. Es mejor que dediquen todas sus energías a anular las fugas en las que no estén al principio para intentar entrar luego en otras. Porque en una llegada masiva no tienen opciones.

No sólo el inglés gana siempre al sprint, sino que ya se ha colocado segundo en la clasificación del maillot verde que encabeza Freire y que parece que será el único consuelo para los demás sprinters ante el dominio del inglés y de su equipo, que le prepara las llegadas a la perfección. Si el campeón del mundo en pista mantiene esa línea, a sus 22 años apunta como el dominador en el sprint del futuro.

Llamó la atención que dos corredores del Euskaltel, Iñaki Isasi y Rubén Pérez, se metieran en la pelea y entraran entre los quince primeros de una etapa en la que Egoi Martínez fue testigo en primera fila del aparatoso accidente de Sven Krauss. El Gerolsteiner podía comprar un décimo de lotería ayer tras ver cómo su bicicleta quedaba destrozada tras chocar con una señal de tráfico y él salía indemne.

Una etapa para fugas

La etapa de ayer no dio para más. Sólo para recuperarse de la conmoción de un deporte que necesita que todos tomen conciencia de que no puede soportar muchos más golpes. En la de hoy se espera más movimiento porque es una jornada propicia para las fugas ya que el recorrido de 194 kilómetros que va de Nimes a Digne Les Bains es en constante ascensión con un recorrido lo suficientemente duro como para dificultar la llegada al sprint. Además hay un puerto de cuarta categoría a nueve kilómetros de meta que está llamado a decidir la etapa entre los que entren en una escapada que va a tener muchos pretendientes. Son muchos los equipos que siguen sin ganar y cada vez son menos las oportunidades que les quedan para hacerlo.

Será la antesala de los Alpes, donde el Tour se decidirá desde el domingo hasta el miércoles con tres etapas duras en las que cabe esperar que todo el protagonismo recaiga entre los que están y no entre los ausentes.