Verano del 74. Asier -Bingen Elortza- inicia su particular viaje iniciático en su barrio obrero del Bilbo de la ría gris, sin peces, ni siquiera mubles, con Franco aún vivo y Carrero Blanco muerto y los conflictos políticos, sociales y laborales en plena ebullición. Adolescente, daltónico, quiere retratar a la chica de la que está enamorado, pero no quiere contar con la ayuda de su padre, Andrés -Aitor Mazo-, reputado pintor aficionado.

Ésta viene a ser la sinopsis de ``La máquina de pintar nubes'', largometraje cuyo rodaje finaliza estos días en la capital vizcaina. Aitor Mazo y Patxo Telleria, directores y guionistas, ofrecieron ayer una rueda de prensa en Zorrotzaurre -una de las localizaciones, junto a Deustua, San Inazio, Portugalete y Sopela- acompañados de los principales actores del film; el ya referido Elortza, Lander Otaola, Asier Oruesagasti, Loreto Mauleon y Gracia Olayo. Destacaron tanto el buen ambiente respirado «en los equipos» durante el trabajo desarrollado, como la excelente escenografía que ofrece Bilbo.

Precisamente, Aitor Mazo, inició su intervención subrayando que «los artistas bilbainos también queremos trabajar en Bilbao», para añadir que la historia «transcurre en Bilbao, pero no por ello es menos universal. No es una película localista, creo que los temas que afronta son universales». Patxo Telleria, por su parte, añadió que ``La máquina de pintar nubes'' «es un viaje iniciático, el proceso de superación personal del protagonista que lo tiene todo en su contra. Quiere pintar, pero es daltónico, vive en un entorno que es Bilbao, hostil, al igual que el ambiente político, parece todo lo contrario a alguien que quiere transmitir belleza».

«Salir del agujero»

Telleria aludió, por su parte, a que «todos queremos salir del agujero, cada uno a su forma. El hermano mayor -Mateo que rechazó pintar este Bilbao gris y herrumbroso- es un macarra de aquella época, su padre sueña con que su hijo pequeño pinte y Asier intenta escapar, salir del agujero, con coraje, luchando y poniendo a mal tiempo buena cara», añadió.

Añadió, por su parte, Aitor Mazo que «es una historia de amor que no pretende nada político, pero sí de búsqueda de libertad porque el arte nos libera. La historia cuenta con una gran recreación y todo confluye en el objetivo de divertir».

También tomaron parte en la rueda de prensa los cuatro actores jóvenes que intervienen en el reparto, así como Gracia Olayo que reiteró «la maravillosa escenografía» que ofrece la capital bilbaina. En este mismo contexto, recordaron que el guión parte de la idea de los recuerdos de infancia de Aitor Mazo en Santutxu, aunque los cambios en la fisonomía de la capital han motivado que el rodaje se desarrolle en Zorrotzaurre -«el último vestigio del Bilbao que dejó de existir»- y los barrios anteriormente mencionados. «Es muy coral» y, a la vez, ``La máquina de pintar nubes'' contiene cierto aire autobiográfico ficcionado, en el que también se recogen «cosas del aita de Aitor y de otros aitas».

Se refirieron asimismo a detalles curiosos del rodaje que se ha prolongado durante aproximadamente mes y medio. Tal y como señalaron, han procurado reproducir la imagen de la época y, para ello, pese a que el paisaje de la ría y de las zonas de los barrios en que han rodado han facilitado las cosas, señalaron, a modo de anécdota, dificultades como la toalla de Doraemon que puede aparecer en un colgador de ropa, el actual mobiliario urbano o los abundantes graffitis actuales que comenzaron a hablar y decorar las paredes de las ruinas industriales en los inicios de los 90.

Patxo Telleria no quiso dejar pasar la oportunidad de referirse a una ciudad, Bilbo «que no era tan feo, tenía una belleza y una fuerza que nosotros hemos querido retratar. Yo sigo pensando que el corazón está en la ría, y, pictóricamente, la ría es un personaje».