Un artefacto de escasa potencia colocado por ETA estalló pasada la medianoche del lunes al martes en el paseo marítimo de Torremolinos, una localidad muy turística de Málaga. La explosión, sin aviso previo, no provocó daños personales y los desperfectos materiales fueron muy escasos, pero descolocó los cálculos policiales y judiciales. Apenas había pasado un día y medio desde que estas instancias declararon que habían desbaratado un plan de ETA de atacar en esta zona a través de las detenciones de la pasada semana en Bizkaia.

En concreto, el auto de prisión contra siete de los arrestados firmado por el juez Baltasar Garzón hacía referencia a futuros ataques a hoteles o centros comerciales de Andalucía, en una campaña que estaría centrada en Málaga y Granada. La explosión de la madrugada de ayer se produjo en Málaga y en las cercanías de un hotel, el Aloha Puerto de Torremolinos.

Tras conocer las afirmaciones del juez de la Audiencia Nacional española, el subdelegado del Gobierno español en Granada, Antonio Cruz, afirmó el domingo que la ciudadanía podía estar tranquila porque «no hay indicio alguno» que hiciera temer un atentado. Descartó además rotundamente que la organización armada vasca tenga infraestructura en Andalucía.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, intentó ayer mantener este discurso. «¿Quiere decir esto que ETA tiene una infraestructura estable en Andalucía? -se preguntó- De ninguna manera. No, no quiere decir eso. Tampoco digo lo contrario», matizó en Madrid.

El artefacto, por otro lado, era muy pequeño, según subrayaron responsables institucionales como el alcalde de la localidad malagueña, Pedro Fernán- dez Montes. Además de la escasa potencia -se habla de un kilo de explosivo-, el primer edil resaltó que se había colocado «en un arroyo, con una cierta profundidad, siendo imposible que hiciera daño a terceros». Como dato concluyente, expuso que en un chiringuito que se encuentra a diez metros de distancia «no se ha roto ni un cristal».

El explosivo está siendo analizado por los TEDAX de la Policía española. Para ello, tuvieron acordonada la zona durante toda la noche. El Paseo de Carihuela se ubica en Torremolinos, pero muy cerca ya del límite con otra localidad de marcado atractivo turístico: Benalmádena.

Pistola robada

Las dudas que hubieran podido existir inicialmente en torno a la autoría de la acción se disiparon cuando la explosión se puso en relación con otro dato producido unas horas antes: el hallazgo de una pistola y material explosivo en una paraje abando- nado de Torremolinos, a última hora de la tarde del lunes. Fue esto lo que hizo que Rubalcaba diera por seguro que la acción era de ETA, y más aún al constatar que el arma encontrada allí había sido robada por esta organización cerca de Nimes.

Siempre según fuentes policiales, junto a la pistola se encontraron dos cargadores con munición 9 milímetros Parabellum, dos pilas, un temporizador, un reloj detonador, unas tarteras y una riñonera.

Posteriormente se indicó que había además un papel con anotaciones en euskara relativas a la manipulación de explosivos, así como un carnet militar sin fotografía.

La Policía no hizo pública ninguna conclusión al respecto, y dijo que investiga si este material fue abandonado por las personas que colocaron el explosivo en Torremolinos o si obedece a una entrega de material que habría resultado fallida.

La acción deparó las habituales condenas, y un buen número de declaraciones de agentes políticos muy diversos que se declaran preparados para nuevos atentados. Fue el caso del consejero de Interior de Lakua, Javier Balza, que afirmó que la Ertzaintza trabaja con esta hipótesis y que pese a las últimas detenciones «no existe duda alguna de que hay miembros activos de ETA en Euskadi». De hecho, anteayer, unas horas después del atentado de Málaga, se produjo otra explosión en Orio.

Para el presidente de EA, Unai Ziarreta, es previsible que tenga lugar una campaña de atentados «más allá de la habitual de verano de otras ocasiones». En una entrevista a Herri Irratia, Ziarreta afirmó que la situación resulta «preocupante» porque los indicadores apuntan a «un endurecimiento» de los atentados. «ETA está débil, pero matar es relativamente fácil. Además, parece que está en disposición de cometer otro tipo de fecho- rías como secuestrar, que requieren de otro tipo de infraestructura más compleja».

Así las cosas, el máximo mandatario de EA se declaró «un poco cansado» de que se diga «año tras año» que ETA «está débil y acorralada» cuando «lo cierto es que sigue ahí, influyendo de una forma perversa en nuestra vida». «Por eso, va siendo hora de que los políticos afrontemos ya las raíces de un problema que es político y del que ETA es quizás la consecuencia más sangrante», añadió.

Muy diferente es la receta de PSOE y PP. Desde el Gobierno español, la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, se limitó a indicar que «los terroristas serán detenidos, juzgados y encarcelados si no cejan en la violencia». Expuso además buenos deseos genéricos como éste: «Entre todas las fuerzas políticas, vamos a acabar con el terrorismo».

El presidente del Gobierno navarro, Miguel Sanz, apostó por su parte por «aislar a los violentos». En la misma línea que Fernández de la Vega, habló de «insistir en la unidad».