«Fagor Mastercook superexplota a los trabajadores de Polonia»
Boguslaw Zietek, presidente nacional del sindicato WZZ «Sierpien 80» («Agosto 80») de Polonia, habla del conflicto que mantienen con Fagor Mastercook en Wroclaw debido a las malas condiciones laborales y los bajos salarios, «por debajo de la media polaca». Han votado a favor de la huelga indefinida y la dirección les han amenazado con deslocalizar la planta a Ucrania o Rusia.
Los trabajadores polacos de la planta de Fagor Mastercook SA en Worclaw mantienen una lucha espectacular en defensa de los derechos laborales, salariales y sindicales. El sindicato WZZ «Sierpien 80» encabeza la denuncia que está adquiriendo una dimensión internacional «porque esta multinacional cooperativa» está «diezmando» los derechos de casi 2.000 trabajadores con que cuenta en Polonia. Están dispuestos a iniciar una huelga de carácter indefinido, si la dirección no varía su postura cerrada.
Desde el pasado mes de febrero mantienen conversaciones sin éxito con la dirección de la empresa, que depende de Fagor Electrodomésticos. Los trabajadores reclaman aumentar en 300 euros el salario que tienen, dado que en estos momentos, como ha explicado Francis Wurtz, presidente de la Izquierda Unitaria Europea-Izquierda Verde Nórdica (GUE-NGL) en el Parlamento Europeo, «se sitúan por debajo de la media polaca, aunque con la empresa cuente con ayudas importantes». Wurtz confirma que la dirección rechaza «entablar negociaciones» y que «ha optado por métodos represivos para intentar romper la presión sindical y de los trabajadores».
GARA ha podido entrevistar al Boguslaw Zietek, presidente del sindicato WZZ «Sierpien 80», quien desvela la lucha que se está produciendo e, incluso, asegura que la dirección de Fagor Mastercook les ha amenazado con cerrar la planta e irse a otros países más al Este de Europa, como Ucrania o Rusia.
¿Cuándo y cómo surge el conflicto en la planta de Fagor Mastercook en Wroclaw y qué es lo que solicita a la cooperativa Fagor Electrodomésticos para terminar con la disputa que mantienen y que pueden endurecer próximamente?
La organización del WZZ «Sierpien 80» (Sindicato Libre «Agosto 80») se formó en la planta de Fagor Mastercook, sucursal del grupo Fagor Electrodomésticos, situada en la ciudad polaca de Wroclaw, en noviembre del año pasado, en 2007. Ya en febrero de 2008 entramos en una disputa laboral con la dirección de la planta pidiendo un aumento de salarios de 1.000 zlotys (300 euros). Hay que explicar a los lectores de su diario que los trabajadores de esa factoría cobran al mes los salarios más bajos de Polonia. Fuimos el único sindicato que se ocupó del problema de los salarios de los trabajadores de la planta producción, desde el primer momento.
¿Qué dicen el resto de sindicatos de la planta de Wroclaw?
Otros sindicatos más antiguos, contentos de tener sus representantes en el consejo de administración de la empresa en la planta de Polonia, no habían hecho nada hasta la fecha. Por esta razón, los salarios en la producción son escandalosamente bajos, de 1200-1400 zlotys (entre 347 y 436 euros). Sin embargo, 400 personas bien remuneradas consumen un 40% del total de la masa salarial de las casi 2.000 personas empleadas en la planta. La empresa contrata muchísimos trabajadores por un tiempo determinado, es decir con contratos de trabajo temporales.
¿Considera que existe una elevada explotación laboral?
Sí. No aceptamos tanta explotación de la fuerza de trabajo, por lo que comenzamos a luchar por el aumento de salarios. Durante varios meses negociábamos con la dirección, sin efecto, porque rechazaba cualquier concesión por justa que fuese. En junio pasado organizamos una huelga de advertencia de dos horas, seguida por casi todos los trabajadores del turno. A la huelga se adhirió también el sindicato Solidarnosc, porque sus miembros amenazaron con que, si no se unían, dimitirían. Inmediatamente después de esta huelga, se desató la represión. Por participar en la huelga y pertenecer a nuestro sindicato, se despidió a varios trabajadores, aunque gozaban de buena opinión de sus superiores inmediatos. A final de junio organizamos un referendo para hacer una huelga más amplia. Un 90% de los asalariados que participaron votaron por una huelga indefinida, ya no de advertencia, sino propiamente dicha.
¿El tema iba en serio para hacer frente a la postura cerrada de la dirección?
Cierto. Enseguida, violando la legislación laboral, se despidió a los dos vicepresidentes de nuestra organización sindical de empresa. Ahora nos estamos preparando para una huelga indefinida, legitimada por el resultado del referendo.
¿Cómo califica la actitud de Fagor? ¿Cree que esta empresa, que se encuentra dentro de la Corporación Mondragón, ha actuado como cualquier otra multinacional internacional que acude a otros países a beneficiarse de la mano de obra barata?
Las multinacionales como Fagor operan en Polonia en las «zonas económicas especiales» gozando de ayudas públicas, exenciones fiscales y alivios impositivos que alcanzan millones de zlotys. Pero esto no les impide maximizar sus ganancias mediante una explotación abusiva del trabajo y una violación brutal de los derechos laborales. Por esta razón, en Polonia son, de hecho, zonas especiales de superexplotación. Así operan las sucursales de los grandes grupos mundiales como Opel, Volkswagen, Tesco, entre otras. En este sentido, Fagor no es una excepción. Pero solamente en Fagor Mastercook se reprime a los trabajadores empleando a los vigilantes exteriores que, armados de porras y paralizadores, siguen y controlan a la gente, los registran en la entrada a la planta o se despliegan armados de escopetas de cañón liso para intimidar a los que manifiestan frente a la puerta. Hasta ahora las medidas represivas como éstas no se conocían en Polonia. Fagor Mastercook es la primera empresa que las aplica.
Fagor asegura que como cooperativa apuesta por los derechos de los trabajadores, tanto laborales como salariales. Es evidente, por lo que dice, que no es así ¿Hay que desenmascarar a este tipo de empresas?
Para nosotros es una experiencia muy instructiva. Sabíamos que las casas matrices de Fagor Electrodomésticos y de la Corporación Mondragón son cooperativas de trabajadores. Nos imaginábamos ingenuamente que sus consejos rectores y de dirección eran sensibles a que en las sucursales en otros países se respetaran los derechos y los intereses elementales de los trabajadores, aunque estas sucursales no son cooperativas sino empresas capitalistas «convencionales». Y que probablemente no sabían lo que pasaba realmente en una planta tan lejana como la de Wroclaw. Que bastaba informarlos para que la situación mejorara.
¿Qué quiere decir?
Que nos equivocamos completamente. Cuando informamos el consejo rector del grupo Fagor, la represión se recrudeció. Todo indica que, en vez de contener a la dirección de la planta, se la autorizó a quebrar la resistencia obrera con una ferocidad aún mayor. Comprendimos por qué era así cuando nos enteramos de que la dirección de Fagor Mastercook vendió diversos inmuebles que pertenecían a la planta por 27 millones de zlotys y en vez de invertirlos en el desarrollo de la planta en Wroclaw, los distribuyó como beneficio extraordinario a los socios-trabajadores de la cooperativa matriz.
¿Ante la gravedad de este problema, la lucha de los trabajadores es el único camino para conseguir esa mejora de salarios y condiciones de trabajo que demandan?
Durante varios meses negociábamos con la dirección. Proponíamos soluciones de compromiso, pero las negociaciones fracasaron ante la intransigencia y arrogancia de la dirección. La huelga es nuestra arma y no vacilaremos utilizarla, tanto más que muchos trabajadores se convencen de que por los salarios tan pésimos no vale la pena trabajar en una empresa que se convierte en un campo de trabajo. No tienen mucho que perder. Es por esto que la abrumadora mayoría apoya las reivindicaciones y el plan de lucha de nuestro sindicato. Es muy significativo que, en medio de la represión, en la reciente manifestación frente a la puerta de la fábrica participaran casi todos los trabajadores del turno, aunque la dirección hizo todo para intimidarlos, despidió a varios dirigentes sindicales, introdujo en la planta un medio millar de vigilantes con porras, paralizadores y escopetas.
¿Seguirán con la huelga?
La huelga será igualmente masiva. Nuestro sindicato sabe luchar duramente. Hace medio año llevamos a cabo una huelga de 46 días con ocupación de la mina de carbón «Budryk», y ganamos. Hace varios meses lanzamos la primera huelga en la red de supermercados Tesco. Nuestra intención es seguir con la huelga, como se acordó de forma mayoritaria por los trabajadores.
Juanjo BASTERRA
En la Corporación Mondragón están surgiendo voces discrepantes con la política laboral y las condiciones de trabajo. En Polonia son un botón de muestra. ¿Saben si está ocurriendo lo mismo en otras plantas del grupo?
Los trabajadores de las sucursales de Fagor en otros países se enfrentan problemas salariales similares. Estamos estableciendo contactos con los sindicatos de estas sucursales. Nos sorprendió la rapidez con la que nos comunicaron su solidaridad con nuestra lucha. Esperamos que, conjuntamente con ellos, lanzaremos una lucha común por un aumento de salarios de 300 euros.
¿Unidos se hace fuerza y se consigue, precisamente, darle la vuelta?
Es muy importante que luchemos juntos. Que no nos dejemos dividir. En el Estado español o en el francés se amenaza a los trabajadores con deslocalizar las plantas a Polonia y a nosotros se nos amenaza con deslocalizar Fagor Mastercook a Ucrania o Rusia. No podemos ceder frente a estos chantajes. Luchando juntos venceremos. Por esto esperamos que en otros países los trabajadores de las sucursales de Fagor sigan a los trabajadores polacos en esta causa común como es conseguir unas condiciones de trabajo y de salario adecuadas y dignas.
¿Están teniendo la solidaridad internacional? ¿Han tejido una red de apoyo a nivel de otros países?
En este combate, como en cualquier otro, la importancia de la solidaridad internacional de los trabajadores es decisiva, en Polonia y en Euskal Herria. No hay duda. Nos importa mucho la solidaridad de los trabajadores y de los sindicatos vascos, porque es necesario que entre todos combatamos este tipo de prácticas antiobreras y antisindicales de empresas sin escrúpulos, sean cooperativas o no. Nos alienta mucho un mensaje como el de Unai Martinez Azarola, secretario general de ELA-Metal, que nos envió hace unos días y nos dice: «desgraciadamente un grupo cooperativo como Fagor actúa como una empresa ferozmente capitalista que pisa los derechos de trabajadores y trabajadoras. Es por ello que vuestra victoria es de vital importancia para todos». Por nuestra parte queremos que se sepa en este país que jamás confundiremos un capital feroz como el de Fagor con el pueblo trabajador vasco cuyas luchas merecen la solidaridad de los trabajadores de otros países de Europa.
Juanjo BASTERRA