PÁGINA/12 Juan Gelman 2008/8/17
Le salió mal
Ocurre. A veces. El presidente georgiano Mijail Saakashvili creyó posible imitar a su gran amigo Bush e invadió Osetia del Sur, territorio que alguna vez formó parte de Georgia y que se convirtió en república autónoma en 1991, cuando la implosión de la ex Unión Soviética. Así tiñó de rojo la «revolución rosa» que lo llevó al poder, con el apoyo de EEUU: más de mil civiles osetios muertos. Calculó mal: la respuesta rusa fue contundente y Saakashvili debió pedir auxilio a su aliado norteamericano, que acusó a Moscú de agresor ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Todo al revés.
(...) Esta imitacón de la costumbre de invadir que practica la Casa Blanca no tomaba en cuenta ni el poderío militar ruso, ni la determinación absoluta del Kremlin de impedir que EEUU se meta en sus zonas de influencia, ni el escaso -por ahora- deseo de Washington de enfrentar militarmente a Moscú en territorio ruso. El presidente georgiano tampoco incluyó en sus cálculos el temor de Occidente a que se viera interrumpida a bombas rusas la salud del oleoducto que va de Bakú al puerto turco de Ceyhan y transporta hidrocarburos de Azerbaiján sorteando el monopolio de los ductos rusos. La reacción de EEUU fue cauta: anunció ayuda para su «aliado democrático» pero sólo envió dos vuelos con asistencia humanitaria y abundó en amenazas verbales Incluso los países de la OTAN no se mostraron de acuerdo con la posibilidad de imponer al Kremlin sanciones económicas: Rusia satisface entre un 20 y un 25 por ciento de las necesidades energéticas de Europa Occidental. El petróleo es eso: petróleo.
(...) El conflicto se abre en una región donde el peligro de una tercera guerra mundial no es una fantasía. Aun así, no falta la nota cómica: el candidato republicano John McCain declaró su interés en mantener «buenas relaciones entre EE.UU. y Rusia, pero en el siglo XXI las naciones no invaden a otras naciones» (www.washingtonpost.com, 14-8-08). Olvidadizo el hombre.