Alojarse durante 23 horas en una obra de arte para hacer turismo cultural en Gasteiz es el objetivo del proyecto que el artista Iñaki Larrimbe ha creado en una lonja del casco viejo, en cuyo interior ha instalado una caravana, césped artificial y todos los servicios que se encuentran en un cámping.

En declaraciones a Efe, Larrimbe explicó que cada vez hay «una mayor banalización del mundo de la cultura», que ya no se considera un fin en sí mismo sino un medio más para intentar sacar recursos económicos.

Según este artista gasteiztarra, las ciudades se están construyendo para atraer al turista cultural, creando infraestructuras y edificios emblemáticos para que el visitante deje su dinero. Por ello, su proyecto pretende generar un debate sobre la realidad que el mundo de la cultura está viviendo ya que, según insiste, se está olvidando que la cultura «tiene que servir para crear reflexión, para crear un patrimonio de pensamiento, de educación».

No obstante, aclara que con este proyecto no intenta criticar esta tendencia cultural porque «es imparable», sino que busca integrarse dentro de este engranaje «y ofrecer una obra de arte en la que el turista cultural pueda permanecer casi un día mientras visita la ciudad». Larrimbe ha alquilado una lonja en la calle Pintorería del casco viejo de Gasteiz y en su interior ha introducido una caravana, que dispone de un dormitorio, un pequeño baño y una cocina. Además, ha cubierto el suelo de la lonja con césped artificial para recrear un cámping y ha reformado un baño completo y una cocina equipada. También dispone de una pantalla gigante de proyección, un proyector de vídeo y conexión a Internet inalámbrica, wifi.

Recalca que este proyecto, que lleva por título «Sauna Filandesa ¿o descenso de barrancos?», no es ni una pensión ni un negocio, sino una obra que puede ser visitada por los turistas durante 23 horas «y en su interior pueden hacer lo que quieran». Para disfrutar de su uso, los interesados deben dirigirse a los centros culturales Krea y Montehermoso, que han adquirido varios bonos a Larrimbe para ofrecerlos a los visitantes, a un precio de 50 euros para dos personas, que pueden acceder a la lonja desde el mediodía hasta las once de la mañana del día siguiente. A pesar de que el proyecto comenzó a finales de junio, no ha sido utilizado todavía por ningún visitante, según reconoce el artista, aunque su objetivo «estará cumplido con tal de lo que lo disfrute una sola persona».