«Esto es una Olimpiada y puede pasar cualquier cosa», asumía un decepcionado Jon García tras su eliminación. En el caso del vizcaino, la «cosa» es que un taekwondista de palmarés considerablemente inferior le dejó fuera de la competición en octavos de final de categoría +80 kilos por un punto de oro.

Lo peor es que su adversario no superó la siguiente ronda, con lo que García perdió también la oportunidad de entrar en la repesca, lo que le habría posibilitado pelear por la medalla de bronce.

El combate se complicó pronto para el vasco. Pese a haberse adelantado en el marcador, Akmal Irgashev le empataba al final del primer asalto y se venía arriba, lo que le permitía acabar el segundo con dos puntos de ventaja sobre García. La tónica fue la misma en el arranque del asalto definitivo, cuando el uzbeko encadenaba dos patadas que elevaban a cuatro puntos su ventaja. Pero un gran final de combate, con una patada a la cara de Irgashev, permitió al vizcaíno igualar el tanteador y forzar el tiempo extra. Vencía el primero en puntuar y, lamentablemente fue el uzbeko que, a los pocos segundos, lanzó una patada al peto de García que le concedió el pase a cuartos.

«Me la he jugado a la contra e igual tenía que haber ido al ataque -explicó el desilusionado atleta vasco, que cerraba así su debut en unos Juegos Olímpicos-. Pero son cosas que pasan. Hay que tomar decisiones y a veces son acertadas y otras no. El deporte es así, a veces se gana y a veces se pierde».