María Luisa Estévez González, la mujer de 31 años que permanecía ingresada en el Hospital de La Paz tras sobrevivir al accidente aéreo del pasado miércoles en Barajas, falleció a las 19.30 horas de ayer, según informó la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. De esta manera, son ya 154 las víctimas mortales del siniestro, del que sólo hay 18 supervivientes.

La mujer, madre de un niño que también perdió la vida en el siniestro, se encontraba muy grave y su estado era crítico, ya que tenía quemaduras en el 72% de su cuerpo.

De los otros 18 pacientes que permanecen ingresados en los diferentes hospitales madrileños dos están muy graves, uno se encuentra grave, tres estables dentro de la gravedad, dos graves pero con evolución favorable, nueve evolucionan favorablemente y un último se encuentra con pronóstico leve.

Pedro Hernán Gómez, de 57 años y cuyo estado había empeorado en las últimas horas, fue intervenido por el servicio de traumatología y cirugía maxilofacial de sus múltiples fracturas en miembros y en cara.

Explicaciones de Spanair

El subdirector de Spanair, Javier Mendoza, aseguró ayer ante 300 familiares de las víctimas que el mecánico «hizo lo que tenía que hacer» a la hora de reparar el fallo del avión que motivó su regreso al hangar antes de que se produjera el siniestro.

Mendoza indicó que el mecánico, de 41 años y con 20 años de experiencia, decidió desconectar la sonda al considerar que las condiciones climatológicas permitían realizar el vuelo sin dicho mecanismo. La reunión transcurrió en un tono más relajado, pero la información sigue siendo escasa.

Antes de esta reunión, algunos de los familiares afirmaron que temen que se produzcan errores con las identificaciones de los restos como ya ocurrió hace unos años tras el accidente del Yak-42, según informó a Europa Press uno de los familiares.

Ayer trascendió que el avión accidentado tenía que superar la inspección anual para renovar la certificación de aeronavegabilidad en ocho días.