Cientos de manifestantes exigieron el final de la ocupación y la destitución del Gobierno títere tras la muerte de 76 civiles afganos en un bombardeo aliado en el distrito de Shindand (oeste).

Soldados afganos reprimieron la protesta con fuego real e hirieron a al menos dos personas.

Los soldados tuvieron que retirarse y dejar paso a la Policía, que perdió uno de sus vehículos, incendiado por la multitud.

Tanto mandos militares como parlamentarios de Kabul han advertido de que este tipo de acciones «alejan a la población del Gobierno».«Cada día que pasa la situación empeora. Está claro que las fuerzas extranjeras vinieron a Afganistán con su propia agenda, no para mejorar la seguridad», denunció Aziz Nadim, diputado de Herat (oeste).