BALONMANO
El combinado noruego se luce para golear a las campeonas del mundo
GARA | BEIJING
Rusia no pudo responder a su condición de favorita e hincó la rodilla en la final olímpica.
Quizá sea excesivo hablar de sorpresa, al tratarse su verdugo de un combinado con la tradición del noruego, con medallas de todos los colores y en todas las competiciones importantes durante las dos últimas décadas. Pero sí lo fue la contundencia con la que saldó el choque el nuevo campeón olímpico, que derrotó por siete goles al vigente campeón del mundo.
Las escandinavas liquidaron el partido en menos de diez minutos, en los que sólo permitieron a Rusia marcar un gol. Fueron minutos decisivos, en los que a Noruega -capitaneada por una imparable Linn Riegekhut- le salía todo bien, mientras su rival no dejaba de encontrarse con el poste. Aparecieron los nervios, con ellos las pérdidas de balón, y con estas las mayores ventajas de las nórdicas, que llegaron a marchar con diez goles de ventaja.
Las campeonas del mundo consiguieron calmarse por fin y para el descanso recortaron ligeramente las distancias (18-13), aunque el choque ya estaba decidido y, en la reanudación, a Noruega le bastó con no aflojar para mantener una distancia que nunca bajó de los cuatro goles y que, en la recta final, incluso creció hasta los siete del 34-27 definitivo.
Pese a la sorprendente ausencia de Dinamarca, vencedora en Atlanta, Sidney y Atenas, el oro se quedaba en Escandinavia.
El bronce, por otra parte, fue para Corea del Sur, que se impuso a Hungría por 33-28.