Un acuerdo contra la discriminación pone fin a la protesta de Indusal
Tras un mes y medio en huelga, el comité de empresa de Indusal y la dirección de la empresa han alcanzado un acuerdo que pone fin a la situación de precariedad y discriminación que padecían las trabajadoras. «Se empieza a dar solución a la precariedad y a la discriminación», afirmó el comité de empresa. Valoró, también, las actitudes de los diferentes agentes que han tomado parte en el conflicto, tanto positiva como negativamente.
Ruben PASCUAL |
«En esta empresa la discriminación va a desaparecer de una vez por todas», sentenciaron ayer representantes del sindicato LAB al anunciar el fin de la huelga propiciado por un acuerdo con la dirección de la empresa Indusal.
En la comparecencia participaron Raquel Azpiazu, presidenta del comité de empresa de Indusal; Juan Carlos Vizán, responsable sectorial de LAB en la comarca, y Amaia Almiral, integrante del Comité Ejecutivo de la central abertzale.
En el pacto suscrito con la empresa «se acuerda firmar, en el mes de setiembre, un convenio de eficacia general para toda la plantilla de Indusal», según explicó Vizán.
Además, puntualizó que, en el convenio que se firmará, «se empieza a dar solución a la precariedad y a la discriminación». Apuntó que ese es el motivo por el que se ha acabado la huelga.
Aseguró que se solucionará el problema de la precariedad a través de una subida salarial. Y, en cuanto a la discriminación, indicó que habrá cambios que la eliminen. En ese sentido, los representantes de LAB indicaron que los pluses mediante los que se llevaba a cabo dicha discriminación salarial serán modificados. El de actividad se equiparará, cobrando lo mismo hombres y mujeres. Y el plus de tóxicos, será adjudicado a los puestos, y no a las personas, como se venía haciendo hasta ahora.
Según Vizán, la distribución de los empleados en los diferentes puestos se realizará a través de una comisión paritaria con la empresa. Además señaló que en ese convenio también se modificará el calendario laboral, para que las mujeres no sean las únicas que tengan que trabajar estos días.
Almiral precisó, por otra parte, que otras mejoras «llevarán más tiempo», ya que están relacionadas con la puesta en marcha de un plan de igualdad y de implantar medidas de carácter organizativo.
Apoyos y obstáculos
Manifestó que «tenemos un absoluto orgullo de lo que ha sido esta lucha y de lo que han llevado a cabo estas trabajadoras y estos trabajadores». Subrayó que la lucha de las trabajadoras «ha dado resultados tangibles», y señaló que «es el momento de señalar quienes han ayudado y quienes han ayudado en sentido contrario».
Así, agradeció la labor de los medios de comunicación y los colectivos feministas, así como la mediación del Preco.
Censuró, por otro lado, a «quienes no han puesto más que piedras en el camino, en una lucha que era totalmente desigual». Entre ellos, citó a Emakunde, «cuyo papel se ha quedado en cero; la Defensoría de la Mujer, a la que reprochó «no dar un paso en ningún sentido» o la Ertzaintza, «con una presencia desproporcionada, bestial». Según indicó, esto es «lo único» que han recibido de las instituciones, «pese a que se les llena la boca al hablar de igualdad».
Durante el periodo de duración de la huelga, seis trabajadoras y un representante sindical han recibido denuncias. Según fuentes sindicales, se les acusa de «coacción y ataques contra el derecho del trabajador».
La presidenta del comité de empresa, Raquel Azpiazu, dio cuenta de los motivos que propiciaron la huelga, indicando que el detonante fue la firma, el 3 de junio, por parte de USO y ELA de un convenio de eficacia limitada, que «no recogía el tema de la discriminación».
El responsable sectorial de LAB, Juan Carlos Vizán, apuntó que, ante la negativa del resto de sindicatos a negociar (LAB tiene la mayoría sindical, con 7 delegados de 9), «se convoca una huelga. Una huelga que ha sido muy dura en todos los sentidos». Por ello, celebró haber llegado a un acuerdo.