Al menos tres civiles afganos resultaron ayer muertos y un número indeterminado heridos al ser alcanzados por los disparos de soldados alemanes de la ISAF y fuerzas del Ejército de Afganistán en las afueras de Kunduz, al norte del país.

Así lo anunció el portavoz del Ministerio germano de Defensa, Thomas Raabe, quien señaló que el incidente se produjo cuando un grupo de vehículos sospechosos se acercó a un puesto de control militar al sureste de Kunduz y dos vehículos, según su versión, ignoraron las órdenes para detenerse que les hicieron los soldados alemanes y afganos, por lo que éstos abrieron fuego alcanzado a su ocupantes.

Recordó que el incidente se produjo dos días después de la muerte de un soldado alemán por la explosión de una bomba-trampa al sur de Kunduz.

Subrayó que la situación en la zona es «muy tensa» y que los militares alemanes destinados en la región se encuentran en estado de alarma permanente ante el aumento de los ataques contra las fuerzas ocupantes.

Escasez severa

En relación a la situación de los ciudadanos de Afganistán, la ONG Oxfam Internacional denunció ayer que al menos cinco millones de afganos sufren «escasez severa» de alimentos, por lo que urgió a la comunidad internacional a emprender una «carrera contrarreloj» para luchar contra el hambre en el país y evitar una crisis humanitaria de «grandes dimensiones» antes del invierno.

Consideró que el llamamiento de la ONU para evitar una crisis alimentaria en Afganistán «se ha quedado corto», ya que sólo ha recibido una quinta parte de los 404 millones de dólares necesarios para atender a las necesidades de los afganos que, según esta ONG, «están sufriendo las peores condiciones de los últimos 20 años». Esta situación la achacó a la dureza del invierno, la subida de los precios de los alimentos, la sequía y la inseguridad.