Moscú no puede ocultar su satisfacción tras la cumbre de la UE sobre Georgia
El «pesar» oficial por la decisión de la UE de suspender las negociaciones con Rusia sobre una nueva asociación estratégica no puede ocultar la satisfacción del Kremlin por el parco resultado de la cumbre del pasado lunes. Moscú ha cargado, eso sí, las tintas contra la OTAN.
GARA |
Rusia mostró su «pesar» por la decisión de la UE de poner en sordina las negociaciones sobre una nueva asociación estratégica mientras no retire a todas sus tropas de suelo georgiano aunque minimizó su impacto en las relaciones bilaterales.
El presidente ruso, Dimitri Medvedev, se lamentó de que la UE «no ha comprendido del todo» las razones de la contraofensiva de Rusia contra Georgia. «Es triste, pero no fatal. Todo puede cambiar en esta vida», se mostró ufano.
Moscú insistió en que ha cumplido su parte del alto el fuego e nsistió en que mantendrá el medio millar de soldados en el puerto de Poti y en las zonas-tapón en espera de la creación de un «mecanismo internacional» de supervisión del fin de las hostilidades.
El Kremlin saludó el hecho de que una gran mayoría de países de la UE se impusieron «de forma responsable» a una minoría, capitaneada por Gran Bretaña y los países del este, que apostaban por aprobar sanciones. La prensa rusa coincidió en destacar como «triunfo» la ausencia de amenazas de sanciones tras la cumbre. «El gas y el petróleo rusos se han revelado más importantes para Europa que los intereses de EEUU y de Saakashvili», presidente de Georgia, reumió el diario «Tvoi Den».
La mayor parte de los analistas occidentales coinciden en señalar que la UE habría logrado superar sus frecuentes divisiones frente a Moscú, pero con un alto precio, el de seguir en posición de debilidad frente a Rusia.
Así, si los miembros de la UE han podido sortear sus divisiones fue a costa de alcanzar un compromiso de mínimos, congelando unas negociaciones que se espera duren meses, cuando no años, y que están aún en fase germinal.
En la misma línea, la cumbre de la UE se limitó a anunciar que «reforzará» sus relaciones con Georgia aunque sin ir más allá. Lo más que evocó fue dar un impulso a la Asociación Oriental, una iniciativa de Suecia y Polonia para acercar a la UE a sus vecinos del este (Ucrania, Moldavia, Azerbaiyán, Armenia y Georgia) similar a la Unión por el Mediterráneo lanzada por el francés Sarkozy.
Putin advierte a la OTAN
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, prometió que el Kremlin dará una respuesta «pausada, sin histeria, pero segura» a la presencia de barcos de la OTAN en el Mar Negro.
Putin criticó el hecho de que la OTAN sólo esté enviando ayuda humanitaria a una de las partes y se preguntó por qué «hay que traer esa ayuda en barcos militares armados con sistemas de misiles ultramodernos...». Según denunció Moscú, cinco barcos aliados permanecen en aquellas aguas.
La Policía dispersó una protesta en Ingushetia tras la muerte del periodista y opositor Magomed Evloiev, que la OSCE no dudó en tildar de crimen policial. Un policía murió ayer en un atentado en Daguestán.
ACNUR calificó de preocupante la situación de Gori tras la llegada de refugiados . 128.000 georgianos y 3.000 osetos huyeron o fueron expulsados de sus casas. La mayoría de estos últimos han vuelto a su tierra.
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, anunció ayer desde Tachkent un acuerdo con Uzbekistán por el que Rusia construirá un nuevo gasoducto en suelo uzbeko destinado a las crecientes exportaciones del oro azul de Turkmenistán. Este proyecto permitiría a Rusia controlar las inmensas reservas de gas turkmeno.
Ambos países, que han consolidado sus buenas relaciones en los últimos tiempos, anunciaron hace meses otro acuerdo para construir un gasoducto desde el Mar Caspio a Rusia.
Mientras tanto, el vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, llegará hoy a Azerbaiyán en busca de garantías de seguridad para los corredores energéticos que transportan gas y petróleo desde el Caspio a Occidente. La Casa Blanca anunció hace una semana esta visita pero en el marco de un viaje a Georgia para mostrar el apoyo de Washington al Gobierno de Saakashvili en su pugna con Rusia. Los analistas aseguran que el hecho de que Cheney haya decidido iniciar visita en Azerbaiyán antes de su llegada a Tbilissi evidencia que EEUU prima ante todo su interés por los hidrocarburos de la región caucásica.