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El Kremlin y la Casa Blanca tratan de apuntalar a sus aliados

EEUU y Rusia libran una batalla diplomática para reforzar sus posiciones con el apoyo de sus aliados tras la crisis de Georgia. Mientras el vicepresidente de EEUU, Dick Cheney, trata de restañar las heridas visibles en sus aliados georgiano y ucraniano, el presidente ruso, Dmitri Medvedev, reunió en Moscú a los más fieles de entre sus aliados ex soviéticos.

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Tras su estancia en Georgia, el vicepresidente de EEUU, Dick Cheney, apeló a los líderes ucranianos prooccidentales, actualmente enfrentados, a unirse ante lo que no dudó en presentar como la amenaza de la vecina Rusia. «Nosotros creemos en el derecho de los hombres y de las mujeres a vivir sin la amenaza de una tiranía, del chantaje económico o de una invasión militar o intimidación», declaró, en alusión más que implícita a Moscú y a su operación militar de respuesta a la agresión de Georgia contra Osetia del Sur.

«La mejor esperanza para Ucrania de superar estas amenazas es la de seguir unida», añadió Cheney tras ser recibido por el presidente ucraniano, Viktor Yushenko.

Las recurrentes tensiones entre Yushenko y su antigua aliada en la «revolución naranja», la actual primera ministra, Julia Timoshenko, probables rivales en las presidenciales previstas a finales de 2009 o, a más tardar, a principios de 2010, se han exacerbado coincidiendo con la «Guerra de los Cinco Días».

Mientras el presidente se alineó sin matices al lado de Georgia, Timoshenko se abstuvo de toda crítica contra Moscú, lo que le ha costado ser tildada de traidora por Yushenko.

Su partido anunció durante la semana el abandono de la coalición que mantenía con el Bloque Timoshenko después de que este último votara con la oposición del Partido de las Regiones y los comunistas una serie de leyes que limitan los poderes presidenciales.

«Desafío ruso»

Después de reunirse con Timoshenko, Cheney reconoció que «vivimos tiempos de desafío para Ucrania a causa de los recientes acontecimientos en Rusia».

El número dos de la Administración Bush coincide así con las advertencias por parte de Gran Bretaña de que Ucrania podría ser el próximo objetivo de Rusia. En esta línea, Cheney fue especialmente tajante al asegurar que «ningún país no aliado debería tener derecho de veto» sobre la eventual integración de Ucrania en la OTAN.

Tras los «buenos oficios» de Cheney, el presidente ucraniano -quien amenazó el miércoles con disolver el Parlamento- se mostró más conciliador y apostó por el diálogo.

Puso, eso sí, como condición para restaurar la «coalición naranja» una declaración conjunta que expresaría «la gran preocupación por la utilización durante el conflicto de la flota rusa del Mar Negro» y la abolición de la legislación que limita sus competencias como presidente.

Apoyo matizado

Desde Moscú, el presidente ruso, Dmitri Medvedev, se congratuló del apoyo recibido de manos de los jefes de Estado de Bielorrusia, Armenia, Kazajistán, Kirguitán, Tayikistán y Uzbekistán tras la cumbre de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC).

«Los países miembros de la OTSC están profundamente preocupados por el intento de Georgia de solucionar por la fuerza el conflicto de Osetia del Sur", señala la declaración adoptada por los líderes de los países miembros de la organización.

En cambio, la OTSC no llegó a respaldar abiertamente la decisión de Moscú de reconocer la independencia suroseta y abjasa. «Naturalmente, todos nuestros socios de la OTSC decidirán al respecto de manera autónoma (...) teniendo en cuenta sus intereses nacionales», justificó el inquilino del Kremlin.

Por otra parte, los aliados de Moscú instaron a la OTAN a dar marcha atrás a sus planes de expansión hacia el este y criticaron el despliegue en las fronteras de la OTSC de elementos del escudo antimisiles norteamericano. La alianza postsoviética advirtió a la Alianza Atlántica que se propone «garantizar la seguridad en su zona de responsabilidad».

Aparte de Georgia, entre los actuales once miembros de la Comunidad de Estados Independientes, cinco países no figuran en la OTSC -Ucrania, Azerbaiyán, Moldavia y Turkmenistán-, los dos primeros aliados de EEUU, y los dos últimos neutrales.

Unión EUROPEA

Los ministros de Exteriores de la UE, que acudieron en el TGV a una reunión en Avignon, reconocieron que el futuro de la misión de Bruselas en Georgia depende de la voluntad de Rusia.

Moscú critica la llegada de otro barco de guerra de EEUU

El Gobierno ruso criticó duramente la llegada a las costas georgianas de un barco de guerra estadounidense, el USS Mount Whitney, y advirtió de que podría contravenir las convenciones internacionales. La Convención de Montreal sobre el acceso al Mar Negro, firmada en 1936 y que deja en manos de Turquía el paso por el Bósforo y los Dardanelos, no ha sido ratificada por EEUU aunque hasta ahora la ha respetado, incluida la disposición que prohíbe acceder a sus aguas a barcos de guerra no ribereños que pesen más de 10.000 toneladas.

El Mar Negro es vital para Rusia, que dispone de puertos de aguas profundas no bloqueados por los hielos en invierno en su costa septentrional.

Mientras EEUU insiste en que estos barcos llevan ayuda humanitaria, el presidente ruso, Dmitri Medvedev, alvirtió contra eventuales tentativas de seguir rearmando a Georgia. «Esperemos que aquéllos que han dado cooperación técnico-militar a Georgia hayan aprendido la lección», añadió. GARA

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