La Vuelta afronta la primera gran etapa de montaña, que a priori empezará a determinar los corredores que van a estar en condiciones de aspirar a los puestos de honor. Es la primera de las cinco llegadas en alto que los ciclistas deben afrontar y hay una serie de elementos que le dan más importancia que la que tendría el alto de La Rabassa en condiciones normales.

El primero es la longitud de la etapa de hoy, la más larga de toda la Vuelta con 224 kilómetros que pueden ser más importantes tras una jornada de descanso. El segundo es la propia dureza de la etapa, con dos subidas en los kilómetros finales a La Rabassa, donde estará situada la línea de meta. El tercer elemento, si se confirma, es el mal tiempo, que tiene más importancia cuando se ascienden puertos de mucha altitud como los de hoy. Hay corredores que no rinden igual con la lluvia y el frío que con calor y pueden acusar en mayor medida el siempre complicado tránsito del llano a la montaña. Por ello la etapa de hoy está llamada a realizar la gran selección y separará el grano de la paja en lo que se refiere a los corredores que van a optar a los puestos de honor.

La única crono para especialistas no registró grandes diferencias y sólo confirmó que el mejor escalador de la Vuelta será su vencedor final. A partir de hoy se verá si Contador es ese dominador, si Sastre y Valverde están a su altura y si Igor Antón está en condiciones de luchar por el podio tras su gran rendimiento de la primera semana.

Sastre disipó dudas

La jornada de descanso de ayer tuvo más sentido que nunca para recuperar el ajetreado plan de etapa y traslado del jueves y los ciclistas apenas rodaron unos cincuenta kilómetros. La víspera, tras su viaje en AVE desde Toledo, llegaron bien entrada la noche a Lleida, localidad en la que se concentraron casi todos los equipos menos Euskaltel y Quick Step, que se instalaron en Barbastro, salida de hoy. Eso implica que los demás deberán madrugar más porque la etapa sale a las 11.30 y Barbastro está a setenta kilómetros sin autovía.

De todos los favoritos, sólo Carlos Sastre dio una conferencia de prensa tras confirmar a las 23.52 del jueves que se había comprometido con el Cervelo Test Team. Este será el nombre del nuevo equipo que nacerá a su alrededor y en el que ya está confirmada la continuidad de su inseparable Iñigo Cuesta, que sigue a buen nivel a sus 39 años, y de los auxiliares de confianza del abulense en CSC.

Carlos Sastre ha pasado siete años en el equipo danés y ayer explicaba que ha entendido que era el mejor momento para salir y de paso dar a los hermanos Schleck la misma libertad y apoyo que ha tenido él en el Tour. Sastre ha preferido a un nuevo equipo que no será una sucesión del Gerolsteiner, tal como se barajó, aunque puede fichar a algunos corredores del equipo alemán, que desaparece.

Sastre explicaba ayer que «la razón más importante para tomar esta decisión es que me realizan una buena oferta para mi futuro deportivo y para cuando deje la bicicleta. La proposición es atractiva y me ha hecho ilusión desde el principio. Todavía ni he hablado de los años en los que seguiré como corredor, todas estas cuestiones las confirmaremos después de la Vuelta».

Por eso prefirió no dar detalles de quiénes le acompañarán en el nuevo equipo y se limitó a mostrar su esperanza de que Cervelo tenga la invitación para que pueda defender su triunfo en la próxima edición del Tour.

No quiso hablar mucho de su futuro y sí de la Vuelta: «Es mi segundo reto del año. Dije antes de iniciarla que había hecho todo lo que debía para llegar bien. Sin tener la cabeza al 100% en la carrera, las sensaciones y los resultados no son malos y, ahora que he resuelto esto, espero luchar por algo importante».