Usain Bolt y Asafa Powell no añoraron a Tyson Gay, el estadounidense que causó baja en el el Memorial Van Damme, sexta y última etapa de la Golden League, y privó a la final del tercer hombre más rápido en los 100 metros. A cambio hubo casi pleno jamaicano en Bruselas, con cuatro de sus cinco participantes copando los puestos de honor en una tarde lluviosa y fría para la pista que no pasó factura a los calurosos caribeños.

Con 17º de temperatura, Bolt gesticulaba a la cámara en la salida tras pasearse en descapotable por el estadio. Con un viento en contra de -1,3 m/s fue capaz de correr en 9.77. Según el plusmarquista mundial (9,69) su amigo Asafa, cuyo tiempo de reacción fue notablemente mejor -145 milésimas por 223 del triple campeón olímpico- le apretó. Powell demostró hace cuatro días en Lausana que las marcas no le han abandonado. Una cosa son las grandes competiciones en donde pincha y otra los mítines, donde la presión se evapora para permitirle registros de 9.72. Ayer no voló tanto (9.83), pero en condiciones desfavorables obligó a Bolt a alcanzarle en los últimos veinte metros. El Relámpago vuelve a casa a celebrar su fabuloso verano.

Pero hay vida después de la velocidad y sobre todo mucho dinero en juego. Sólo Pamela Jelimo (800 metros) y Blanka Vlasic (altura) habían llegado al final con la posibilidad de repartirse el millón de dólares con el que se premia al vencedor de todas las reuniones.

La keniata dominó sin concesiones y posó con los lingotes de oro. La croata, como en los Juegos de Beijing, volvió a liarla. Entonces perdió el oro olímpico ante Tia Hellebaut, que ayer jugó en casa y se encargó de ponerle nerviosa en una tarde exigente para los concursos. La alemana Friedrich venció y Vlasic dijo adiós a medio millón.