El preso catalán Amadeu Casellas, actualmente ingresado en el Hospital penitenciario de Terrassa, recibió ayer el respaldo de una treintena de personas que se concentraron frente al centro sanitario. Con dificultad, pudo verlos desde su ventana.

El viernes dejó la huelga de hambre que había iniciado 76 días atrás. En estos dos meses y medio ha perdido 30 kilos. En una entrevista a GARA, su madre, Josefina Ramón, mostró su preocupación por las secuelas de esta prolongada protesta.

Ante esta situación, Roser Iborra, miembro del grupo de apoyo de Vic, se pregunta cómo es posible que Instituciones Penitenciarias haya puesto en peligro la vida de Casellas cuando «lo único que pedía era lo que le corresponde por ley».

«Tal vez tendrá secuelas irreversibles para su salud y toda la responsabilidad será de ellos. Si tenía que terminar esto así, por qué no se lo dieron antes [en alusión al tercer grado] y así nos hubiéramos evitado todo el sufrimiento de él, su madre y amigos», remarca Iborra a este medio. «La razón por la cual lo mantienen encarcelado no es legal sino política. Lo hacen para castigarlo ya que ha sido un preso muy reivindicativo», añade.

Un tercer grado en tres fases

«Amadeu ha dejado la huelga porque el Síndic de Greuges de Catalunya [el homólogo catalán del Defensor del Pueblo], Rafael Ribó, le ha prometido que después de su recuperación le darán permiso para salir algunos días, luego le aplicarán el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, lo que equivale a un tercer grado con restricciones, y finalmente le pasarán al tercer grado con normalidad», explica. El problema, advierte, es que «no hay un calendario» que fije cada fase. Aún así, se muestra satisfecha por «esta primera victoria, fruto de las movilizaciones populares». Junto a la alegría, en el comunicado leído ante las puertas del hospital, el comité de apoyo critica duramente a la autoridades políticas de Catalunya por su pasividad.

Anuncia además que no se disolverá y que vigilará el cumplimiento de los compromisos con Casellas. «Quedan otros muchos Amadeus en las cárceles, por lo que continuaremos denunciando las injusticias y reclamando su libertad», resalta.

A la marcha de ayer también acudió el diputado de ERC Joan Tardá que, superando las trabas impuestas, pudo visitar a Casellas junto a la madre de éste. Tanto Tardá como Joan Herrera de ICV habían pedido sendas visitas con el preso anarquista, peticiones denegadas por Instituciones Penitenciarias.