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Un joven navarro dona médula ósea para salvar a un enfermo en Londres
Un joven navarro es el donante compatible con un paciente en Londres. Su médula ósea salió el jueves del Hospital de Navarra, en Iruñea, con destino a un centro hospitalario londinense, donde ese mismo día se le infundió al enfermo inglés. En los últimos años, una decena de navarros ha podido donar su médula ósea a personas que la necesitaban urgentemente.
GARA
Para la doctora María José Uriz, médico de Hematología del hospital iruindarra, la cifra de donantes compatibles en Nafarroa en la última década es importante teniendo en cuenta que tan sólo residen algo más de 600.000 personas.
Esta semana se registró un nuevo caso. Un enfermo inglés, del que se guarda su anonimato, precisaba de médula ósea para su curación. Se puso en marcha entonces el proceso de búsqueda de un donante compatible en un registro que incluye a unos trece millones de personas en todo el mundo. Se encontró uno en Nafarroa.
Una vez localizado, explicó la doctora Uriz, se activó de nuevo el protocolo de analítica y consentimiento. «Una vez que se encuentra a un donante hay que localizarlo porque pudo hacerse donante hace unos años y hay que comprobar si están en disposición de donar», añadió.
En el caso del donante navarro todo resultó bien, por lo que se estableció el calendario para la extracción de la médula. «Hay que poner una fecha concreta porque el enfermo tiene que hacerse la infusión en un día determinado porque el paciente se prepara para la llegada de la médula», indicó la especialista. La extracción esta vez se realizó el miércoles día 24 de setiembre y partió hacia Londres el 25.
Cuatro días antes del día 24 el donante se tuvo que poner unas inyecciones por vía subcutánea, unos «factores de crecimiento celular». «Movilizan las células madre que están en más cantidad que en la médula a sangre periférica y nosotros podemos recolectarlas con una máquina», indicó, para agregar que este proceso nada tiene que ver con el utilizado hace años, cuando se extraía médula ósea en quirófano y con anestesia general.
A los cinco días, se procedió a la obtención de sangre en el Servicio de Hematología y Hemoterapia. El proceso, que se prolonga unas cuatro horas, según Uriz, es «sencillo» y «no tiene peligro para el donante». Se le pincha una vena en cada brazo, ya que se necesita una vía de extracción y otra de reinfusión.
La sangre que se va obteniendo pasa por una máquina especial, se separa la capa con las células madre y por la vía de reinfusión se devuelve al donante su misma sangre. «Al final del proceso se encuentra un poco cansado, pero sobre todo por la postura ya que todos los recuentos analíticos persisten normales», indicó la doctora, quien precisó que se puede donar más de una vez en la vida.
Una vez finalizado el proceso, la sangre se guarda en unas condiciones de temperatura adecuadas a la espera de que acudan a por ella. La courier pro- cedente de Londres llegó a Iruñea el jueves, a las 9.30. En apenas unos minutos se firmaron los documentos necesarios y salió con la médula, guardada en una pequeña nevera que la mantiene a cuatro grados, rumbo a la capital inglesa. El mismo día el paciente recibió la sangre.
No es la primera vez
No es la primera vez que un donante navarro es compatible con uno en el extranjero. En los últimos años en el Hospital de Navarra se han extraído células madre de sangre periférica a unos diez donantes. El destino, pacientes de Suecia, París, Seatle o el Estado español.
Aunque no se conoce a las personas receptoras, la doctora precisó que normalmente son enfermos de leucemia aguda o linfoma en recaída. «Estos trasplantes suelen ser la única opción que les queda y con ellos se abre un camino», indicó.
Según María José Uriz, los donantes son en su mayoría hombres de entre 25 y 40 años, aunque también hubo dos mujeres. En casi todos los casos, precisó, con un día de extracción ha sido suficiente aunque en una ocasión fue necesario seguir con la extracción al día siguiente.
A este respecto, explicó que hay que tener en cuentra que es preciso extraer un número determinado de células madre por kilo de peso del paciente al cual van destinadas. «En la mitad del proceso tomamos una muestra del producto que estamos recolectando y medimos mediante un marcador específico la cantidad total de estas células madre que tenemos y también nos permite hacer un cálculo bastante exacto de lo que vamos a poder recoger y del tiempo que nos va a costar y de si va a ser necesario una segunda extracción al día siguiente», apunta Uriz.