En nombre de la sección Iritzia de GARA
¿Matará el «blogger» al articulista?
Hace poco, en una entrevista, el escritor Eduardo Mendoza venía a decir que ya nadie lee debido a que ahora todo el mundo es escritor. No lo decía con espíritu corporativista, ni siquiera con especial amargura. Simplemente constataba que en occidente los nuevos parias de la cultura ya no son los analfabetos, sino los ágrafos. Y es que a mucha gente no le basta con leer sus ideas, argumentos o historias, incluso cuando éstas están brillantemente redactadas. Tiene la imperiosa necesidad de suscribirlas.
¿Cómo afecta eso al periodismo? Con la posmodernidad el intrusismo ha adquirido carácter de oficio y, al igual que la política es ahora feudo de gestores con ínfulas filosóficas, algunos periodistas ejercen de empresarios y hay empresarios que se disfrazan de periodistas. Asimismo, expertos, licenciados y poetas quitamos el pan del morral a periodistas que se ven relegados a la noble pero odiosa función de «corta-y-pega-teletipos». Eso por no hablar de la eterna «amenaza tecnológica». En los ochenta del siglo pasado la canción «Video Killed the Radio Star» (El video asesinó a la estrella de radio) se convirtió en himno de quienes creían que el poder de la tecnología y los nuevos medios se comerían al periodismo tradicional. El mensaje apocalíptico no cuajó y la radio, con altibajos, sigue gozando de buena salud. Asimismo, el blogger no matará al articulista por la sencilla razón de que, sea cual sea el soporte, los manuscritos bien redactados, con ideas claras y un mensaje contundente seguirán haciendo las delicias de los lectores con criterio.
En medio de este panorama, parcial pero real, GARA ha hecho la apuesta por un producto más compacto, con una jerarquía y selección clara de noticias y opiniones. Y para ello vamos a hacer algunos cambios. Empezamos por Kultura y ahora le toca a Iritzia. Con esa idea hemos reservado este «Txokotik» para la gente de la redacción, tanto jóvenes promesas como consagrados redactores que aportarán frescura y experiencia. Desplazamos a algún colaborador a «Jo puntua» y remozamos la contraportada, con firmas ya conocidas pero a las que damos aún mayor libertad. Pequeños cambios que mantienen el mismo espíritu de siempre. Y es que tras casi diez años, en papel, en internet o en las ondas, nuestro objetivo seguirá siendo hacer un periodismo independiente y con criterio. El nuestro, claro está.