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Análisis | Congreso de los Verdes en Alemania

Un nuevo liderazgo verde para un hipotético pacto con la derecha

 Los Verdes alemanes han elegido a Cem Özdemir como su nuevo presidente. Liderará el partido junto a Claudia Roth, que fue confirmada en el cargo. El nuevo dúo promete una feroz lucha política de cara a las elecciones presidenciales de 2009 y confirma la la deriva de los verdes a ninguna parte.

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Ingo NIEBEL

Los Verdes-Alianza 90 cuentan tras el congreso del pasado fin de semana con un nuevo liderazgo, conformado por el cuarteto Renate Künast y Jürgen Trittin, elegidos candidatos a las presidenciales de 2009, y Cem Özdemir y Claudia Roth, elegidos co-presidentes del partido.

Este fin de semana el partido alemán los Verdes-Alianza 90 reunió a sus delegados en la ciudad de Erfurt. Los congregados eligieron una nueva cúpula y dos candidatos a canciller para las elecciones generales de 2009. Los medios alemanes se han sorprendido de que, esta vez, los verdes no hayan practicado la ya tradicional lucha fratricida sino que, sin mayores problemas, hayan decidido su nueva cúpula, los objetivos a seguir y, de paso, hayan escrito historia.

En Erfurt, el partido que entró en el escenario político en la década de los 80 siendo una formación ecologista, pacifista y antisistema, mostró una vez más que se ha adaptado perfectamente al sistema político de Alemania.

De hecho, se trata de una organización que en adelante podrá gobernar con cualquier fuerza conservadora, neoliberal o socialdemócrata. La indefinición es su programa y eso se explica por la debilidad que muestran los Verdes en las encuestas: de los cinco partidos con representación en el Parlamento, el Bundestag, son el más débil.

En la actualidad, acumularían sólo el 9% de los votos. Por delante están los liberales con 12 puntos, el socialista Die Linke con 13, los socialdemócratas SPD con 23 y los cristianodemócratas con 37 puntos. Este panorama deja prever que en 2009 habrá otra coalición que gobernará el país. Ante estas perspectivas, los verdes quieren mantener abiertas todas las opciones.

Por eso, sus estrategas propusieron a los ex ministros Jürgen Trittin (Medio Ambiente) y Renate Künast (Agricultura) como candidatos a canciller. La propuesta, aceptada en el congreso, carece de seriedad porque aunque los verdes ganasen la mayoría absoluta, lo cual es imposible, sólo uno de los dos podría ser jefe o jefa de Gobierno.

Ambos formaban parte del bipartito presidido por el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder (1998-2005). En fin, lo que parece prevalecer es engañar al electorado, tal y como indica la composición de la nueva cúpula. Los delegados reafirmaron a Claudia Roth en su cargo de copresidenta del partido. Ella debería de representar al ala «izquierdista» de los Verdes porque se interesa mucho por los derechos humanos, siempre y que éstos sean violados fuera de la Unión Europea.

El nuevo hombre a su lado -el partido sigue respetando la cuota de la igualdad- es Cem Özdemir, el primer ciudadano de origen no alemán en dirigir un partido germano.

Con esta decisión, los estrategas quieren aprovechar la ola de simpatía que ha originado el presidente del comité regional de Hesse, Tarek Al-Wazir, de ascendencia yemení.

Mientras este último ha tenido un buen eco mediático por la forma en que gestionó la colaboración con el SPD -aunque al final fracasó por los problemas internos de los socialdemócratas-, Özdemir cuenta con un suceso del cual sus correligionarios prefieren no acordarse.

En 2002, el ahora nuevo copresidente de los Verdes renunció a su cargo de diputado en el Bundestag tras descubrirse que en 1999 había aceptado un crédito de 40.500 euros concedido por un hombre que hacía de enlace entre el mundo empresarial y la política.

Dos años más tarde, Özdemir volvió a la política siendo elegido diputado en el Parlamento Europeo. Antes de su regreso, pasó una temporada en EEUU donde estuvo becado por German Marshall Fund of the US, con sede en Washington DC.

En aquel tiempo se dedicó «al estudio de las relaciones transatlánticas y las posibilidades de mejorarlas», según consta en su página web. En 2002, nada menos que el Foro Económico Mundial, que cada año se reúne en Davos, le galardonó con el título del Líder Global de Mañana.

De ahora en adelante, Özdemir puede mostrar a sus patrocinadores estadounidenses que realmente sabe dirigir la política para mejorar las relaciones entre Berlín y Washington.

Para ocupar una posición relevante en el paisaje político alemán, ha declarado la guerra a todos los demás países. Sin embargo, nadie sabe por el momento para qué van a luchar.

En el Congreso, los verdes concluyeron que con un cambio radical de la política energética y con un nuevo concepto socioeconómico se podría evitar la recesión y combatir la crisis financiera. Por supuesto, demandan inversiones en la protección del clima y reafirman su negativa a la energía nuclear.

Al mismo tiempo, definen las intervenciones militares como instrumento de la política exterior aunque lo consideran «un método extremo y nunca sin mandato de la ONU».

Los verdes perdieron su carácter pacifista cuando en 1999, compartiendo el Gobierno con el SPD, llevaron a Alemania a la guerra contra Yugoslavia. En 2001, aprobaron la intervención militar en Afganistán.

Con este bagaje, Claudia Roth es la adecuada para tranquilizar la conciencia de los verdes, y Özdemir para llevarlos a una posible coalición con la derecha a nivel nacional que, contaría con el beneplácito de la Casa Blanca.

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