Ahora nos van a hacer mirar hacia el cuerno de África, a Somalia, donde aseguran los propagadores de mensajería de subasta ideológica que existen piratas, aunque el asunto debe tener un poco más de enjundia porque han logrado esos piratas secuestrar a uno de los petroleros más grandes del mundo. A cada momento nos aparecen nuevas noticias, nuevas acciones, nuevos secuestros. Y hasta enfrentamientos armados en toda la regla, y resulta que no se trata, según las mismas fuentes intoxicadoras, de meros piratas comerciales sino que pueden tener motivaciones de otra índole y ya nos advierten de que todo viene de que existe un gobierno de adscripción musulmana fundamentalista, y que este lugar del globo puede ser el nuevo Afganistán. O sea, no hemos salido de un lío y ya nos metemos en otro. Y ahora en un continente en el que las grandes potencias tienen bastantes intereses porque puede ser la reserva universal de las materias primas. Seguiremos atentos a los acontecimientos.

Un secuestro de la voluntad popular es lo que ha hecho el ultra católico José Bono, intentando saltarse a la torera el ideario del partido que le ha colocado al frente del parlamento español y haciendo de una monja alucinada un ariete para su constante penetración de sus más que evidentes tendencias a justificar el franquismo y a resaltar todo aquello que sea lo más reaccionario. Y como este señor es una figura mediática, sabe perfectamente lo que es una cámara de televisión y un micrófono, por lo que su clara y contundente frase sobre los «hijos de puta» que pueblan su partido no es un desliz, ni una pillada sino una nueva provocación.

Como asegura alguna prensa, el ilustrísimo señor don Baltasar Garzón ha descubierto que Franco ha muerto. Y por ello ha firmado un auto de esos que se conocen como garzonadas y que deja de nuevo a las claras sus intenciones. Ha dejado secuestradas todas las buenas intenciones de quienes habían confiado en su protagonismo para recuperar la memoria histórica, que en las televisiones del neo franquismo imperante se ha convertido en una exaltación de los principios del movimiento. Vergonzoso. ¿Ha muerto Franco?