Gritos de independencia y una pitada saludan al rey español
Una sonora pitada y gritos a favor de la independencia recibieron la llegada del rey español al Palacio Euskalduna para presidir el 25 aniversario de Confebask. Un amplio despliegue policial y cortes de tráfico, que originaron retenciones y retrasos para los conductores, fueron los elementos visibles de una visita rechazada ante el Euskalduna y el BEC.
GARA | BILBO
Alejados a un centenar de metros de la entrada al Euskalduna Jauregia, delegados sindicales de LAB recibieron con una sonora pitada y gritos a favor de la independencia de Euskal Herria la llegada del rey español que, pasadas las doce del mediodía, fue recibido por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, el presidente de Confebask, Miguel Lazpiur, y el secretario general de la patronal, Guillermo Zubia, así como por José Antonio Ardanza, los diputados generales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, la presidenta de Juntas Generales de Bizkaia y la consejera de Industria de Lakua.
«La patronal tiene razones para celebrar por todo lo alto su 25 aniversario, porque han aumentado sus ganancias como antes no lo habían hecho y para afrontar la crisis se les dará más dinero público para despedir trabajadores y poder seguir teniendo sus elevados beneficios», declaró Marijo Romero, responsable de LAB en Bilbo.
Manifestó que las administraciones públicas «han sido y son fieles compañeras y cómplices de la patronal» y denunció que «con la excusa de la crisis se recortan aún más los derechos de los trabajadores y sus salarios».
Mientras en la calle se oía «Monarkia kanpora», «independentzia, sozialismoa», «los Borbones a los tiburones», «patronal lapurrak» y «demokrazia Euskal Herriarentzat», en el interior un vídeo que recogía la trayectoria de la patronal y en el que se incidió en su «contribución a la prosperidad, el desarrollo y la empresa avanzada» abría paso a las intervenciones.
El rey español saludó «la determinación y el coraje con los que el empresariado vasco viene afrontando, de forma individual y colectiva, las intolerables amenazas y extorsiones del terrorismo» ante un auditorio que comenzó a llegar alrededor de las 10.30 y fue ocupando sus asientos en el auditorium. Más de un millar de personas, entre los que se encontraban los máximos representantes de PNV, PSE, empresarios y dirigentes sindicales de CCOO y UGT, participaron en el acto.
Durante su intervención, Juan José Ibarretxe valoró el papel de Confebask como «aliado estratégico» de las administraciones para «lograr desarrollo y bienestar». «Quiero -agregó- trasladar el papel fundamental que tenéis para construir el futuro, siguiendo con esta alianza estratégica».
A este respecto, el presidente de Confebask, Miguel Lazpiur, subrayó la «firme» voluntad de la patronal de «hacer todo lo preciso» para superar la crisis actual». Indicó que, aunque en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa el impacto de la crisis «hasta ahora es menor», habrá que «tomar medidas de calado».
Por la tarde, en la presentación de la Fundación de Trabajadores de la Siderurgia Integral, el rey español volvió a ser recibido con gritos de «Monarkia kanpora» a su salida del teatro de Barakaldo.
El secretario general del sindicato ELA, José Elorrieta, afirmó que la conmemoración de la patronal de su 25 aniversario con un acto presidido por el rey español es «un acto de reafirmación política» con el que la patronal busca «subrayar el marco jurídico vigente, en este caso en su dimensión monárquica».
El consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social de Lakua, Joseba Azkarraga, no acudió al acto por exigencia de acreditarse y considerar «incompresible que una organización con la cual prácticamente todas las semanas mi departamento tiene relación, de repente y porque venga el rey, exija acreditarse». Aseguró que «hay mucha sumisión» por parte de Confebask. «Estamos hartos de que la Casa Real imponga a los demás, en nuestro propio país, cómo tenemos que ir a los actos», manifestó Azkarraga. Tampoco acudió EB, ya que «la Monarquía no tiene lugar en el siglo XXI, ni en este país ni en ningún otro» y representa «lo más rancio de la sociedad española, es clasista, machista e, incluso, ridícula».