Tranquilidad. No hay por qué alarmarse. Las tres entidades llamadas a protagonizar la creación de una futura caja única en la CAV -dando por hecha la inclusión de Vital a medio plazo-, se han adjudicado 229 millones de euros en la primera subasta del Fondo de Adquisiciones de Activos Financieros y los rumores sobre su estabilidad financiera se han disparado. Pero hoy, con los datos en la mano, su posición no es especialmente preocupante, porque mantienen unos ratios de liquidez y endeudamiento razonables a estas alturas de la crisis. Además, sus tasas de morosidad reconocidas son inferiores a la media del resto del sector. Caja Vital estaría en el 1,52%; Kutxa, en el 1,34%, y BBK, en el 1,16%. Bien es verdad que no conviene sacar pecho en estos momentos de zozobra a nivel mundial por lo que pueda pasar. Como buen ejemplo, el Santander, que tan sólo quince días después de negar la necesidad de una ampliación de capital tuvo que retractarse y pide ahora 72.000 millones de euros a los inversores. Y, además, las enseñanzas del pasado, léase fiascos de Lehman Brothers y Urazca para Caja Laboral o crecimientos acelerados de morosidad por mala gestión del crédito, aconsejan mayor prudencia a la dirección de las cajas. Y en esta línea debería entenderse, al menos por ahora, su participación en la subasta de liquidez del jueves, ya que las condiciones son muy favorables en comparación con las del mercado y el objetivo sería disponer de un «colchón» mayor ante posibles turbulencias. Esperamos que este dinero se convierta en créditos para empresas y familias.