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«Saben que puedes morir e intentan que pases por el aro»

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Peio Sanchez
Ex preso enfermo

Fue detenido por la Policía francesa el 30 de marzo de 2005 y desde entonces ha estado recluido tanto en La Santé como en el hospital de Fresnes por una enfermedad congénita en el corazón. Desde el pasado 11 de diciembre convalece en su casa familiar, en Atarrabia. Ahora ha sido excarcelado igual que otros presos enfermos como Marilo Gorostiaga, Mikel Ibañez o Angel Figeroa.

Jasone MITXELTORENA |

Peio Sanchez salió de prisión el 11 de diciembre tras tres años y ocho meses en la cárcel. Se ha cerrado su sumario, y queda por fijar la fecha del juicio. Ha salido en libertad provisional debido a su estado de salud, aunque le han impuesto la obligación de no salir de Atarrabia, localidad en la que reside en el domicilio familiar, salvo para las visitas al médico o gestiones pun- tuales. A Gorostiaga, Ibañez y Figueroa, otros presos enfermos también excarcelados en los últimos días, les han impuesto restricciones aún más extremas. Así las cosas, Sánchez es protagonista de primera mano tanto para detallar el trato carcelario a los presos enfermos como para valorar la situación que crean estas excarcelaciones.

¿En qué medida ha afectado la cárcel a su salud en concreto?

Mi enfermedad es congénita. Desde pequeño he seguido revisiones periódicas, pero siempre he llevado una vida normal. La cárcel me ha afectado; de las 24 horas pasas 21 ó 22 en la celda, y es una vida sedentaria. Allí no hay espacio para hacer deporte, y cuando sales al patio aprovechas la oportunidad para jugar al fútbol, hacer deporte... Hay que tener en cuenta todo lo que conlleva para los nervios y el estrés: Todo ello ha incidido en mi caso. Hace dos años vimos que había empeorado, y desde abril pasado la situación se agravó, por lo que me plantearon la necesidad de una intervención quirúrgica. Me hicieron saber el riesgo que padecía de sufrir un infarto, una angina de pecho, de que se me rompiera la aorta... Estaba preocupado, aunque me sentía respaldado por la familia, los amigos, los compañeros...

¿Cómo se vive la enfermedad estando en la cárcel?

He pasado miedo. A las 18.00 nos cerraban las celdas y hasta las 7.00 del día siguiente no nos las abrían. No venía nadie durante la noche. Estaba preocupado porque si me pasaba algo durante la noche no llegaría al hospital. Al final aceptaron ponerme en la celda con otro compañero. Ellos decían que al encontrarme cerca del hospital estaba bien, pero no es así; las medidas que puedan aplicar en la cárcel no son suficientes. Y por eso me han dejado libre.

En otros casos, como en el de Marilo Gorostiaga, ha habido inconvenientes como la imposibilidad de recibir sesiones de quimioterapia. La cárcel no está preparada para que sean tratadas las enfermedades. En mi caso, no cumplían las fechas de las revisiones. Realizamos plantes, hablamos con los responsables... Si no te mueves, no te hacen ni caso. Veíamos que había que presionar.

¿Cómo se explica que en esa situación los enfermos sean mantenidos en la cárcel?

Es un chantaje. Los presos con enfermedades incurables tienen unos derechos, y los estados juegan con ellos teniéndolos presos. Saben que estás mal, que corres el riesgo de morir, y esperan hasta el último momento para sacarte. Intentan hacerte pasar por el aro y te imponen condiciones para dejarte en libertad. El Colectivo jamás se ha arrodillado, ellos saben que tenemos nuestras ideas, nuestra lucha. Y los que están enfermos han tenido que aceptar condiciones duras al estar en riesgo su salud. Eso es chantaje.

Pretenden que nos arrodillemos. Con las penas que están imponiendo y los castigos añadidos a los presos que han cumplido la condena dejan ver su planteamiento de que el conflicto no termine en 60 años. No quieren dar una solución dialogada al conflicto. Pero ya saben también que por ese camino no tienen nada que hacer.

¿Por qué cree que han decidido ahora dejar en libertad a algunos presos enfermos?

No sé cuál es la razón exacta, pero la presión de los movimientos sociales y populares ha incidido en la puesta en libertad. Por otro lado, no quieren que los presos mueran en la cárcel, y el ejemplo más claro es el de Esteban Esteban Nieto [excarcelado ya en situación terminal]. Por tanto, se puede afirmar que algunas veces mandan a casa a los enfermos por si acaso.

Hay que diferenciar también las condiciones en las que se da esa puesta en libertad. Los tres casos que se han dado en el último mes en manos del Estado español son diferentes al mío: Les han impuesto medidas estrictas, y por tanto es una «libertad» entre comillas. Al final, están cumpliendo la cárcel en casa, totalmente controlados. En mi caso, me encuentro en libertad provisional para la intervención quirúrgica, y puedo salir. No podría concretar por qué se toman medidas distintas en algunos casos y otros.

¿Qué diferencias ve entre las cárceles españolas y francesas?

Cada cárcel es distinta, pero sí podemos hablar de las políticas penitenciarias. Desde Europa han llamado la atención de que en el Estado francés se hallan las peores cárceles; La Santé es de las más viejas, funciona desde 1864. Están prohibidas las visitas íntimas, de modo que también las relaciones sexuales. En cuanto al Colectivo, cuando era un grupo pequeño no se tomaban medidas estrictas, pero hoy en día es un número importante, y las penas impuestas son más largas. Sigue los pasos del Estado español con el aislamiento y la dispersión.

¿Qué importancia dan a convocatorias como la manifestación del 3 de enero?

Una importancia total. La sociedad en general está adormecida. Existe una frustración por las detenciones, las torturas... Por tanto, movilizaciones de esta dimensión son necesarias para mostrar fuerza y hacer llegar ánimos y respaldo a los que están dentro. Allí se espera con ansiedad el periódico...

 

SU SITUACIÓN

«He pasado miedo. A las 18.00 nos cerraban las celdas y hasta las 7.00 del día siguiente no nos las abrían. No venía nadie durante la noche»

EXCARCELACIONES«La presión de los movimientos sociales y populares ha incidido. Y no quieren que los presos mueran en la cárcel»

MOVILIZACIÓN

«Movilizaciones de la dimensión de las del 3 de enero son necesarias para mostrar fuerza y hacer llegar ánimos a los que están dentro»

«Los compañeros del Colectivo están siempre encima tuyo, a mí me han ayudado muchísimo»

¿Cómo se encuentra en estos momentos? ¿Cómo ha sido la vuelta?

Estoy todavía en las nubes,  aterrizando. He pasado cinco años fuera de casa, y emocionalmente estoy contento. Se mezclan sentimientos: Hace una semana estaba con los compañeros, con los amigos que se quedaron dentro. En cuanto a la salud, en los últimos meses me he sentido débil, cansado, y con dolor en el corazón. Me han dejado en libertad para la operación. La semana que viene tengo cita con el cardiólogo y ahí se decidirá cuándo hacerlo. Pero ha de ser pronto, estoy cada vez peor.

La indiferencia de las autoridades de Nafarroa respecto a los presos es notoria. ¿Qué les diría?

Soy ciudadano navarro, y tengo mis derechos. Pagamos los impuestos. Deberían poner atención a esta situación, tanto en el Parlamento como en los ayuntamientos, por ejemplo ayudando a las familias en los viajes o respaldando los casos de los presos enfermos. Sería lógico que estas instituciones se preocuparan por un ciudadano que se halla en esta situación, que apoyaran a la familia... Se puede hacer mucho, pero la despreocupación está a la vista.

La sociedad asume el concepto de los derechos humanos, pero ¿está sensibilizada con los presos enfermos?

Está claro que es una realidad ocultada. Si no es por la izquierda abertzale, no hay información y, por tanto, tampoco preocupación. De todas formas, la sociedad hoy en día muestra indiferencia en general, parece acomodada y adormilada. No hay más que ver la situación económica y la política que vivimos. La responsabilidad de los medios de comunicación es enorme. Deberían informar, pero ocultan los accidentes de los familiares, lo que ocurre con los enfermos... Alguno incluso siguen los dictados de esa política penitenciaria: Filtran informaciones sobre el Colectivo, buscan que se fracture.

¿Qué importancia dan a las plataformas por los presos enfermos?

Puede que piensen que no sirve de nada, pero su importancia es enorme. Si no, la información no llega a la calle. Establecen una relación directa, y hay más gente que escribe al preso, levanta su ánimo. El Colectivo también es imprescindible para ello: Si un compañero tiene problemas de salud, todos están encima tuyo. A mí me han ayudado muchísimo.  J. M.

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