Raimundo Fitero
Cámara oculta
Una recientemente conocida sentencia del Tribunal Supremo ha levantado un gran revuelo entre los medios de información, especialmente los televisivos. Según la misma el uso de la cámara oculta es un ataque a la intimidad y vulnera algunos derechos de las personas que son grabadas de manera no consentida. Abre un debate que no encontrará jamás fin ni consenso.
Por un lado señalar que es un sentencia, una, y por lo tanto no crea jurisprudencia, pero advierte a navegantes y muy especialmente a los tribunales inferiores sobre una vía de resolución muy clara y que, según los expertos, contradice lo utilizado en los considerandos hasta la fecha, donde prevalecía el derecho a la información veraz. Por otro lado, la utilización de la cámara oculta se había convertido en un estilo, en un género y se abusaba de manera clara, tanto en asuntos de interés general como en banalidades, de tal manera que pensamos que había bajado la intensidad de credibilidad que proporcionaba este tipo de imágenes, supuestamente robadas.
Es más, en el ámbito de los programas del corazón, en esos espectáculos televisivos deleznables en donde se usan estas técnicas y otras mucho más denunciables, no caben muchas dudas sobre el efecto bondadoso que hace esta sentencia si sirve, es de imaginar, como freno a las barbaridades realizadas. Aquí hemos señalado varias veces que nos parece un forma periodística muy poco recomendable, que siempre roza lo delictivo.
Pero como dicen algunas asociaciones de periodistas, la sentencia se va a utilizar para anular otro tipo de denuncias: las de marcado contenido político. Esas imágenes de momentos en donde se producía el acto de corrupción, por ejemplo, van a ser desestimadas en los juzgados, con lo que estamos acercándonos a la impunidad para los que viven amparados en las actas o en los silencios y apagones informativos bien pagados. Pensaremos un poco más sobre el tema.
Digamos como colofón que la cámara oculta como instrumento para el humor, siempre que sea consentido y hasta remunerado si fuera necesario, es saludable. Hablamos de otras cosas y entre ellas, algunas de interés general.