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Maite SOROA | msoroa@gara.net

El fútbol como telón de fondo

No habrá partido entre la selección vasca y la iraní y a algunos les han entrado las prisas por explicar lo inexplicable. La posición del PNV la trasladaban a los editoriales de sus medios. Por ejemplo, a «Noticias de Gipuzkoa».

En su editorial aseguraban que fueron los deportistas quienes «se mantuvieron en sus trece de negarse a jugar bajo la marca de Euskadi (...), mientras que los directivos no quisieron renunciar a la histórica denominación de la selección». Es curioso comprobar cómo se presenta como un «cambio terminológico» lo que en realidad es la demanda de mantener el término consensuado por todas las partes. Y más curioso leer que unos «se mantuvieron en sus trece» y los otros «no quisieron renunciar».

Ahora se trata de cargar la culpa en quienes han defendido que lo acordado entre todos es lo que debe primar frente a los que creen que todo en este país pasa por las oficinas de Sabin Etxea. Y para eso hacen falta unas gotas de demagogia: «Está por ver si esta pugna en torno al nombre del combinado vasco será entendida por las decenas de miles de aficionados que cada año acuden cargados de ilusión al único partido en el que tienen la oportunidad de lucir con orgullo la camiseta tricolor y de abrazar ese sano sentimiento de identidad colectiva (...). Está por ver si entenderán que la política dé al traste con esta fiesta; si entenderán que el frente común de la reivindicación de la oficialidad de la selección vasca se quiebre por diferencias tácticas de distintos grupos políticos; si entenderán, en suma, que sus propios jugadores hayan metido un gol en propia puerta al haber cuestionado el aval de 70 años de historia que atesoraba el nombre de la selección de Euskadi». ¿Entenderán los aficionados (y aficionadas, claro) que Urkullu se haya puesto terco y se haya cargado el chiringuito?

Al final, como siempre, sale la bicha: «se ha tratado de un pulso sin balón, alimentado por sectores de la izquierda abertzale oficial, que termina pagando el deporte vasco, igual que determinados colectivos sociales también salen tocados en otros ámbitos cuando entran en juego estrategias políticas de tensionamiento. La cancelación de este partido supone un paso atrás en la ansiada aspiración por su oficialidad». ¿Quién ha roto lo pactado?

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