El Ayuntamiento de Iruñea ha prohibido la celebración de los Olentzeros de los barrios de Donibane, Txantrea y Arrosadia argumentando que en las kalejiras del pasado año la Policía Municipal constató «el carácter reivindicativo» de estas celebraciones. Para demostrar esta tesis, han remitido a los medios de comunicación varias fotografías de baja calidad hechas por los propios agentes durante la salida de los carboneros de Txantrea y Arrosadia en las que pueden verses carteles de represaliados políticos, emblemas en favor de su acercamiento a cárceles vascas o una simple pancarta por la autogestión.

A su juicio, las declaraciones realizadas por los portavoces de las Coordinadores Culturales de los barrios en la rueda de prensa llevada a cabo el pasado 2 de diciembre, en las que se reafirmaban «en el carácter popular y reivindicativo» de los Olentzeros, constituyen también una prueba de peso para no permitir los tradicionales actos.

Esta ha sido la respuesta del Consistorio gobernado por Yolanda Barcina a la solicitud de permisos presentada por los organizadores de las kalejiras hace más de quince días. El Ayuntamiento añade que ha dado el visto bueno a la celebración de otras quince kalejiras.

De esa manera, el Ayuntamiento considera que lo que le piden las Coordinadoras Culturales de los barrios «es la celebración de actos reivindicativos, si acaso lícitos, pero en los que la competencia no es municipal». Así las cosas, les emplaza a pedir «la autorización o denegación de manifestaciones o concentraciones reivindicativas corresponde a la Delegación del Gobierno». En conclusión, otorga un carácter político a la tradicional kalejira del carbonero, en un intento de criminalizar una fiesta muy arraigada.

Seis años de impedimentos

No son nuevas estas estrategias de evitar y entorpecer la salida de los carboneros por las calles de Iruñea, ya que desde el año 2003 el equipo de gobierno municipal de Yolanda Barcina viene haciéndolo. En 2004, la Policía española estuvo a punto de cargar en Donibane, y el año pasado la Policía Municipal impidió salir la figura en la Txantrea.

El Ayuntamiento ha exigido estos años el previo pago de fianzas de mil euros como condición para autorizar las kalejiras, y ha sometido a un fuerte control policial a quienes no lo han hecho, además de imponer multas posteiormente.