Un icono cultural que sigue vivo
80 años de viajes por el mundo con Tintín
A pesar de su engañoso aspecto juvenil, Tintín cumple ochenta años mañana, 10 de enero. Una excusa oportuna para reencontrarnos con el guía que animó nuestros primeros viajes. Diversas exposiciones y el esperado estreno cinematográfico avalado por el dúo Spielberg-Jackson respaldan el reencuentro con este icono cultural.
Koldo LANDALUZE | DONOSTIA
Coincidiendo con el aniversario de su primera aparición en las páginas del suplemento infantil de la revista «Le Vingtième Siècle», un 10 de enero de 1929, la inmortal criatura del belga Hergé ha inspirado diversas iniciativas encaminadas a rememorar las aventuras de este personaje no exento de polémica y que tendrán en el estreno de la primera entrega de la trilogía cinematográfica compartida por Steven Spielberg y Peter Jackson uno de sus reclamos principales.
Mientras aguardamos con impaciencia esta superproducción, creada gracias a la inventiva virtual de los Estudios WETA Digital -responsables de los efectos que hicieron posible la trilogía de «El Señor de los Anillos»-, los seguidores de Tintín pueden disfrutar con iniciativas tan interesantes como la que puede verse estos días en la sala de la Fundación Caja Vital de Gasteiz. Bajo el título de «Tintín en el mundo de Hergé», esta muestra recoge piezas diversas pertenecientes a la colección privada de Jordi Tardá, que permiten al visitante reencontrarse con la escenografía, utensilios y personajes que descubrimos en el transcurso de nuestra primera vuelta al mundo junto a Tintín.
En aquel primer viaje fuimos partícipes de un itinerario trazado mediante líneas claras y un mensaje ideológico que jamás adquirió tinte sospechoso alguno en nuestro subconsciente infantil. El tiempo se ha encargado de descubrirnos las oscuras etapas recorridas alrededor de un mundo irreal y estructurado en viñetas por el dibujante Georges Remi, más conocido por el sonido de sus iniciales intercambiadas: Hergé (Er-yé).
Hergé adquirió su status de mito cuando falleció, el 3 de marzo de 1983. Para el público francófono, para los belgas y los franceses, sobre todo, Hergé es un ídolo al que se le rinde pleitesía por ser el origen de un modelo creativo -la línea clara- que ha servido de fuente inspiradora para infinidad de dibujantes. Su fallecimiento acaparó las portadas de la mayoría de los periódicos del mundo, un suceso atípico y nada corriente en un dibujante de historietas. Desde ese instante, los «tintinómanos» han paliado la falta de aquel que alimentó sus sueños dando rienda suelta una ingente cantidad de crónicas fantásticas que han determinado la relación Tintín-Hergé desde un punto de vista único: Tintín es Hergé y Hergé es casi Tintín.
El inicio de la singular trayectoria de Hergé cobró forma definitiva a los 20 años, cuando entró en el departamento de suscripciones del diario católico y de extrema derecha «Le Siécle XX», de Bruselas. En 1928, y tras demostrar su valía como dibujante, el director de esta publicación, el abate Norbert Wallez -un iracundo antisemita, admirador de Mussolini y anticomunista recalcitrante- le encargó la creación del suplemento infantil «Le Petit Vingtiéme». El 10 de enero de 1929 se asomó por primera vez y de estas páginas, el reportero trotamundos conocido como Tintín.
Para dotarlo de formas reconocibles, Hergé se inspiró en un personaje que creó años atrás para la revista «Scout»: Totor. Tal y como dictaba la moda del momento, engalanó su repeinado cabello rubio con un vistoso tupé y le entregó un primer compañero de andanzas, un foxterrier llamado Milú. Sin apenas tiempo para tener una noción clara de cuanto le rodea, el joven periodista Tintín tenía en su bolsillo un pasaporte tramitado por el temible abad Wallez y un destino-enemigo a batir: la Unión Soviética. Curiosamente, esta fue la primera y única ocasión en la que el protagonista ejerció de periodista. Para llevar a cabo su ruta apocalíptica a través de la Unión Soviética Hergé tomó como referencia un panfleto llamado «Moscou sans voiles». En él se esbozaba un territorio maligno, en el que la Iglesia Católica padecía las calamidades de un modelo político creado a partir de las semillas proletarias sembradas por el mismísimo Satanás. Mientras Hergé recreaba el viaje de su personaje, le asaltaron algunas dudas que consultó con su vecino de redacción, el periodista Léon de Degrelle; líder del partido nazi Rex y aspirante a führer belga por la gracia de Hitler, quien le otorgó el rimbombante título de paramilitar de Sturmbannführer de las SS.
A pesar de los múltiples borrones que figuran en su biografía accidentada, Tintín es un icono cultural que ha sabido sobrevivir a distintas generaciones de lectores, que han encontrado en sus viñetas una ventana de escape. Extremadamente puntilloso a la hora de documentarse visualmente para sus cómics, Hergé nos legó una regla básica que cumplió en todo momento: «Crear un cómic es para mí, sobre todo, narrar una historia».
A partir de las primitivas viñetas de «Tintín en el país de los soviets» ya nada fue igual, porque nació un modelo asequible para viajar a través del mundo y más allá, hacia las estrellas. A lo largo de más de veinticinco entregas, traducidas a más de cincuenta lenguas, hemos recorrido cada rincón de un mundo y una luna animados por personajes tan dispares y disparatados como el capitán Haddock, la diva Bianca Catasfiore, el sabio Silvestre Tornasol, los enlutados policías Hernández y Fernández o el pérfido Rastapopopulos. Gracias a Hergé-Tintín descubrimos que las fronteras no existen cuando son trazadas con tinta.
El dúo cómico de la televisión inglesa compuesto por Simon Pegg et Nick Frost podría haber sido elegido por Spielberg y Jackson para interpretar a los hermanos Dupont en la versión cinematográfica y digital del cómic.
En marzo está prevista la aparición de la sexta entrega de las siete que, a modo de monumental «museo del papel», recopilan la obra de Hergé. Serán 420 páginas con 720 ilustraciones que reproducirán los colores originales.
Nahi duenak Tintinen unibertsoan murgiltzeko aukera izango du egunotan, Gasteizko Vital Kutxako Fundazioaren aretoan ikusgai den erakusketarekin. «Tintín en el mundo de Hergé» izenburua hartuta, 400 objektutik gora bildu dituzte, horietako batzuk lehendabizikoz daudenak ikusgai. Bi ataletan banatu dute pertsonaia hori ulertaraztea helburu duen bilduma. Lehen atalean, publikoa sortzailearen buruan sartzea nahi dute, bide batez, pertsonaia nola jaio zen ezagutaraziz. Alderik dibulgatzaileena genuke hori.
Horrez gain, bigarren atalean, munduan zehar ibilbide bat eskaintzen du, betiere Tintinen pausoak jarraituz eta hari buruz argitaratu ziren 24 aleak eta argia ikusi ez zuten beste bi kontuan hartuz. Zirriborroak, jatorrizko irudi orriak, aleen lehenengo argitalpenak, bineten birsortzeak edota film emanaldiak dira erakusketaren sortzaileek erabilitako tresnak. Finean, publikoa Hergéren bineta baten barrura eraman nahi dute.
Bilduma hau Gasteizko Foru enparantzako aretoan egongo da ikusgai, otsailaren 15era arte. Aretoa zabalik izango da 18.30etik 21.00etara lanegunetan, eta 12.00etatik 14.00etara jaiegunetan, eta sarrera doakoa da.