Los hermanos Bielsky y su comunidad clandestina en Bielorrusia
«Resistencia»
El cineasta épico de corte comercial Edward Zwick ha conseguido realizar el proyecto más personal de su carrera, al conectar su origen de polaco judío con la historia de los hermanos Bielski que, durante la II Guerra Mundial, huyeron del gueto para formar una comunidad clandestina en los bosques bielorrusos, desde la cual lucharon contra el ejército nazi. «Resistencia» recuerda que hubo judíos que contribuyeron activamente a la Liberación.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
El cine de Hollywood prefiere mirar hacia el papel jugado por los judíos durante la II Guerra Mundial, en lugar de fijarse en su actual situación, en cómo las víctimas se han ido convirtiendo en verdugos con el transcurrir de los años. Pero algo de lo que está ocurriendo ahora con el estado de Israel se filtra también a la perspectiva histórica sobre el holocausto, porque en las últimas películas los judíos ya no aparecen tan pasivos frente a su fatal destino en los campos de exterminio, y hasta se revelan contra el enemigo mediante el uso de las armas.
Tarantino, por ejemplo, en su próxima cinta bélica «Inglorious Basterds» crea una ficción sobre un comando de judíos entrenado por el oficial que encarna Brad Pitt para eliminar a los nazis uno a uno. El trabajo de Tarantino está en clara sintonía con el episodio histórico real que rescata «Resistencia», película que pretende demostrar que los judíos formaron parte activa de la Resistencia y ayudaron a la liberación de Europa.
No podía ser de otra forma, porque los alemanes también vienen abogando en los últimos años en la línea de testimoniar que no todo el país fue afín al Tercer Reich, y que hubo una oposición interna, según una tendencia exculpatoria recogida en la superproducción «Valkiria», pronta a estrenarse en nuestras pantallas pese a todos los retrasos acumulados.
En honor a la verdad hay que recomendar la visión de «Flame y Citron» sobre cualquier otro título reciente, porque esta magistral realización danesa es la que mejor refleja los claroscuros de la Resistencia y, lejos de presentar a los dos protagonistas como héroes de una sola pieza, los sumerge de lleno en la mezcla del instinto de supervivencia y de los turbios intereses de todo tipo que prevalecen en las cruentas épocas de guerra.
Exigencias de la audiencia
«Resistencia», por mucho que quisiera, nunca podría ser una película tan fiel a la verdad como lo es «Flame y Citron». Entre otras cuestiones, debido a que va a ser vista por un número muy superior de espectadores en todo el mundo. Edward Zwick sí tiene la intención de mostrar que no todas las acciones de la resistencia eran necesariamente heroicas, pero en su cine prevalece sobre cualquier otra reflexión un sentido épico del espectáculo, perfectamente reconocible y presente en otras realizaciones anteriores: «Tiempos de gloria», «Leyendas de pasión», «En honor a la verdad», «Estado de sitio», «El último samurai» o «Diamante de sangre». En última instancia la exigencia comercial siempre se impone y por eso no ha podido rodar «Resistencia» en el idioma original de los personajes, haciendo que los protagonistas se expresen en inglés con ese falso acento ruso de las películas de espionaje, extensible al posterior doblaje. No obstante, tampoco «Resistencia» es lo que se entiende por una película cara en Hollywood, ya que ha costado cincuenta millones de dólares, cantidad que no resulta excesiva para una producción bélica. Ha sido posible gracias a un reparto sin estrellas de renombre, salvo en lo tocante al inglés Daniel Craig, que sabe muy bien distinguir cuándo ha de cobrar un sueldo Bond y cuándo no.
Un proyecto personal
La diferencia estriba en que para Edward Zwick «Resistencia» siempre ha sido su proyecto más personal, así que no le ha importado esperar durante años de su carrera a tener la oportunidad de poder materializarlo en condiciones. De hecho, supone el reencuentro con el productor holandés Pieter Jan Brugge, junto al que consiguió su primer éxito gracias a la oscarizada «Tiempos de gloria». Han pasado dos décadas desde entonces y, a pesar de que Zwick pronto conoció el libro de la socióloga Nechama Tec sobre la resistencia judía en Polonia, esa segunda colaboración ha tardado en llegar. Se les adelantó Spielberg con «La lista de Schindler», aunque en realidad los hermanos Bielski salvaron a más gente y merecían ser llevados a la pantalla con mayor motivo. Zwick ve en ellos la prolongación de su propia familia, ya que su padre también vivió en un gueto polaco, mientras un tío abuelo suyo huía de ese confinamiento y se unía a la Resistencia.
Los hermanos Bielski procedían del gueto de Navajrudak, ciudad que luego tomaría el mayor de ellos, para unirse finalmente al Ejército ruso durante la Liberación y emigrar a los Estados Unidos, donde fallecieron a finales de los 80. Eran cuatro, si bien el menor, apenas un adolescente, es el que menos aparece en «Resistencia», cuya acción se concentra en el trío formado por Tuvia (Daniel Craig), Zus (Liev Schreiber) y Asael (Jamie Bell). Los tres escapan de la Polonia ocupada y se refugian en los bosques bielorrusos, donde llegan a formar una comunidad clandestina a la que se unirá hasta un total de más de mil miembros, no todos ellos dispuestos a combatir.
Al contar con personas de todos los oficios disponían de una completa infraestructura, de la cual también se abasteció la resistencia soviética, sin que los Bielski se integraran nunca en ella. Prefirieron permanecer fieles a los suyos, conservando la independencia de decisión a la hora de llevar a cabo las acciones de guerrilla contra el ejército invasor. La película no está filmada en las localizaciones exactas por problemas de permisos, desplazándose hacia Lituania a una distancia bastante próxima.
Lo que «Resistencia» cuenta es que los Bielski se convirtieron en los líderes de esa comunidad de los bosques, actuando como el brazo militar de la misma. Eran los que tenían las armas y los que debían encargarse de la organización interna, con ordenes que a menudo les enfrentaban al resto de refugiados escapados del gueto. En contra de los que se conformaban con permanecer ocultos y sobrevivir, esperando el final de la guerra, ellos estaban decididos a atacar a los nazis a la menor ocasión.
Su postura activista replantea la vieja cuestión del derecho de los pueblos a defenderse por los medios violentos a su alcance de las agresiones exteriores, por mucho que el derramamiento de sangre suponga en principio un dilema moral. Visto el curso de los acontecimientos posteriores, no parece que lo haya sido para todos los judíos, al menos para los que vienen abrazando la causa sionista y no tienen inconveniente en ocupar los territorios palestinos y masacrar a su población. Los Bielski pertenecen al pasado y su guerra fue otra, aunque no es muy difícil imaginar en que bando estarían hoy en día.
Daniel Craig es una de las presencias más fuertes del cine actual, gracias a que a sus dotes interpretativas une un físico arrollador. El público mayoritario se ha visto obligado a rendirse ante esa evidencia, superando las reservas iniciales, cuando fue anunciado como el actor encargado de sustituir a Pierce Bronan como James Bond.
No sólo hizo callar a los que organizaron campañas en su contra a través de Internet, sino que ha resucitado la franquicia con un liderazgo personal incuestionable. Parece ser que ha firmado para una tercera entrega, tras los éxitos consecutivos de los dos trabajos anteriores, es decir, «Casino Royale» y «Quantum of Solace». Para ningún actor es fácil convertirse en el 007 oficial y poder hacer otros papeles diferentes a la vez, pero el inglés dispone de recursos suficientes ya demostrados en cometidos dramáticos como los desempeñados en «The Mother» o en «Munich». Le avala una sólida formación teatral, sin que su reducida estatura haya supuesto nunca un impedimento: se crece en escena y en la pantalla.
Eran cuatro los hermanos Bielsky que procedían del gueto Navajrudak, aunque en la película el menor apenas aparece. Los otros tres escapan de la Polonia ocupada para formar un comunidad clandestina en los bosques bielorrusos.
Dirección: Edward Zwick..
Guión: Clayton Frohman y Edward Zwick, sobre el libro de Nechama Tec.
Intérpretes: Daniel Craig, Liev Schreiber, Jamie Bell, George MacKay, Alexa Davalos.
País: EE.UU., 2008.
Duración: 137 minutos.
Género: Bélica.