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El secreto y el misterio del éxito

Iratxe FRESNEDA | Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual

La taquilla. Ese lugar hasta el que desean llevarnos cineastas, productores y publicistas. Pero, sobre todo, en estos últimos recae la responsabilidad de conseguir que los espectadores compren entradas. A veces, los caminos de la publicidad llevan a algunos profesionales del marketing a desviarse por atajos poco honestos. Sucedió hace unos años, cuando se descubrió que el crítico de cine David Manning no existía; de hecho, en el pequeño periódico «The Ridgefield press», de Connecticut, nadie le conocía. La Sony había inventado al personaje para poder respaldar las buenísimas reseñas que acompañaban la promoción de películas como «Destino de caballero», «El patriota» o «Límite vertical». La historia acabó en un juzgado y a la Sony le costó un millón y medio de dólares. Otros, simplemente renuncian a los preestrenos para la prensa y así evitan que critiquen su espantosa película. No daremos nombres.

Pero además de las tretas publicitarias, en el cine existen los misterios. Misterios que a veces tienen que ver con los resultados inesperados de taquilla, el boca a boca y la indiscutible calidad de algunas películas (a pesar de que la calidad indiscutible y taquilla no siempre vayan de la mano). La película «Bienvenidos al norte», de Dany Boon, pertenece a uno de esos misteriosos sucesos de éxito recaudatorio: la cinta ha sido vista ya por mas de 20 millones de franceses. «Titanic» es hasta la fecha el único largometraje que supera en espectadores a esta comedia que narra las peripecias de un cartero refunfuñón al que destinan a la remota zona francesa de Pas-de-Calais, cerca de la frontera con Bélgica. La clave del éxito de la cinta reside al parecer en su acertada descripción de lo que representa un prejuicio. Dany Boon que ha escrito, dirigido y coprotagonizado la película, es además de director, doblador de dibujos animados, mimo, cómico y actor y sobre todo conoce de sobra los prejuicios que existen sobre su lugar de nacimiento. La película es, por lo visto, un viejo proyecto personal, que empezó hace más de veinte años, cuando Boon se trasladó a París a buscarse la vida como cómico. Durante aquellos «bolos» daba vida a un singular hombre del norte, con su rudo acento característico de los varones de la zona. El artista galo ha vendido 600.000 copias de algunos de estos espectáculos (a veces, con subtítulos en francés). Ahora ha transformado «su historia» en una película cuyo título parece una declaración de intenciones: «Bienvenue chez les Ch'tis», literalmente «Bienvenido al país de los Ch'tis».

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