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Ahora resulta que sí querían presentarse y el PSOE no les deja

Rubalcaba y Jáuregui llevaban meses diciendo que la izquierda abertzale no se atrevería a medirse ni a hacer política. Y el PNV, que el PSOE le dejaría pasar una lista. La redada pone las cosas en su sitio. Éste es el nivel de la democracia en el Estado español, y éste es el nivel de PNV, PSOE o EB ante esa realidad.

Ramón SOLA

El silencio clamoroso con que han recibido esta redada PNV y PSOE -y sus círculos mediáticos respectivos- contrasta con la catarata de especulaciones e intoxicaciones vertidas en los últimos meses. Llegó Garzón con su redada y puso las cosas claras: la izquierda abertzale sí quiere presentarse a las urnas con normalidad porque tiene derecho a ello, y el PSOE no le va a dejar pasar. Blanco y en botella, leche.

Las miserias de cada uno quedan retratadas en la hemeroteca. Durante meses, el ministro Rubalcaba y el locuaz diputado Ramón Jáuregui se hartaron de pronosticar que la izquierda abertza- le ni siquiera intentaría ir a las urnas. El primero aventuraba en setiembre que «no estarán; tienen dificultades para encontrar una estructura, y tienen una enorme debilidad social y no quieren que se vea. Se camuflarán en la abstención». Jáuregui añadía en diciembre que «en su esquema no hay autorización para nadie, no hay autorización para que jueguen en el espacio político».

En la acera del PNV, otros argumentos pero el mismo nivel de miopía... o de sarcasmo. Iñigo Urkullu y Josu Erkoreka han insinuado más de una vez que el PSOE dejaría presentarse a alguna lista de la izquierda abertzale para restar fuerza al PNV. «¡Y qué bien está usando ETA la Ley de Partidos Políticos!», decía el líder del EBB en diciembre. Pues Garzón y quien le mandó de madrugada a Bilbo no parecen pensar lo mismo...

Ayer tenían dos opciones: callarse o pisar el acelerador un poco más. El PSOE apostó por correr un tupido velo y dar un perfil muy bajo a la cuestión (nunca habló menos de tantas detenciones). El PNV, no: para Iñigo Urkullu, todo, también los ocho arrestos y los dieciocho registros, sigue siendo un cambalache entre el PSOE y la izquierda abertzale. Por no hablar de Javier Madrazo, que también se ha hartado de ver cosas raras en los últimos meses. Ayer cambiaba radicalmente de tesis para afirmar que apartando a la izquierda abertzale el PSOE quiere allanarse el camino a Ajuria Enea, en la mejor versión del «lo mismo te digo una cosa que te digo la contraria». Y añadía que la redada no es más que «una cortina de humo» para evitar que se hable de «lo que interesa a la gente: la crisis y los problemas de los trabajadores».

Lamentablemente, la redada pone las cosas en su sitio. Éste es el nivel de democracia en el Estado español. Exactamente cero. Y éste es el nivel político del PSOE, el PNV y una formación que se declara de izquierdas como EB ante una realidad que sólo se puede asemejar con la del franquismo.

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