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Alerta máxima ante el «fenómeno metereológico adverso más fuerte»

Si las previsiones han acertado, es posible que para cuando el lector o la lectora esté leyendo estas líneas amplias zonas de la costa vasca, y también del interior de Euskal Herria, se hayan visto afectados por una borrasca que desde el Departamento de Interior de Lakua no dudaron en calificar como la «más fuerte» de la historia. Vientos de hasta 150 km/h y olas de hasta catorce metros de altura, ése es el inquietante panorama que presentaban los mapas del tiempo.

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J.V.-I.B. |

El Departamento de Interior de Lakua ha activado el Plan de Protección Civil ante la llegada de una profunda borrasca con vientos que podrían alcanzar los 150 km/h, y olas de hasta 14 metros de altura. La entrada de este fenómeno metereológico se preveía para la tarde-noche de ayer, y la alerta roja iba a permenecer activada, al menos, hasta primeras horas de esta mañana. El aviso, en cualquier caso, permacenerá vigente al menos hasta mañana, cuando la intensidad del viento huracanado podría remitir.

La viceconsejera de Interior, María del Yermo Urquijo, compareció a mediodía para anunciar que nos encontramos ante el fenómeno metereológico adverso «más fuerte» que este país haya vivido nunca, señalando que el único precedente similar que se recuerda ocurrió en 1999, pero que no fue tan importante como éste. Según Del Yermo, la probabilidad de que llegue a estos lares es de un 70%, y la hora crítica prevista se situaba entre las seis de la tarde de ayer y las seis de esta madrugada, especialmente a partir de medianoche por lo que fue activado el nivel «máximo» de alerta.

Asimismo, a pesar de que todas las miradas estaban situadas en la costa, la viceconsejera avisó de que este fenómeno metereológico también va a afectar al interior, especialmente a poblaciones, como Gasteiz, que estén situadas en mesetas, sin protección frente al viento.

Desde las diez de la mañana de ayer estuvo reunida la Mesa de Crisis, en la que participa el propio Departamento, así como las diputaciones, ayuntamientos de Gasteiz, Bilbo y Donostia y una representación del Gobierno español en la CAV. Los consistorios y otros organismos de servicio público. Interior ha pedido a la población que se mantenga informada y adopte medidas de protección.

Así, aconsejan que se cierren y aseguren las ventanas, retirar objetos que puedan caer a la calle, asegurar andamios, revisar las condiciones de seguridad de gruas, evitar salidas al monte y actividades recreativas en la costa y alejarse de la playa y de los paseos costeros. Asimismo, en caso de andar por la calle, se pide alejarse de cornisas, muros y árboles, tomar precauciones delante de edificios en construcción o en mal estado, y si se tiene previsto viajar, procurar evitar desplazamientos por carretera. En Nafarroa, el Ayuntamiento de Iruñea ha hecho unas recomendaciones similares, y en Ipar Euskal Herria la alerta naranja decretada durante la mañana pasó a roja a media tarde. En el litoral, se han tomado medidas para prevenir desbordamientos de ríos

¿Histórica?

Aunque esta borrasca ha sido calificada como histórica, existen precedentes de fuertes temporales en la costa de Euskal Herria. En marzo del pasado año un fuerte temporal que azotó la costa vasca dejó tras de sí numerosos destrozos en poblaciones como la capital donostiarra u otras como Bermeo. Frente al puerto de Bilbo se midieron olas de hasta 12 metros y en el cabo de Matxitxako las rachas de viento alcanzaron los 119 km/h o los 96 km/h en Lekeitio.

Una situación meteorológica parecida, -ciclogénesis explosiva, la llaman, la misma que hundió a la Armada Invencible de Felipe II- fue la que echó a pique hace una década al pesquero pasaitarra ``Marero'' y al fondo del mar a sus ocho tripulantes.

Desde 1983, año de las catastróficas inundaciones en buena parte de Euskal Herria, entre los acontecimientos meteorológicos más revelantes que hemos sufrido está la tormenta Lottar, del 27 de diciembre de 1999, que también tocó la costa vasca, aunque sin los graves daños que dejó en Europa -cien muertos o 400 millones de árboles caídos-. Fue, precisamente, en las mismas fechas que la tragedia del buque ``Marero'', pero un año después.

El 20 de diciembre de 1998 una ciglogénesis -«más que explosiva, `bomba'», como la definió la meteoróloga de Igeldo Margarita Martín- engulló a este buque en el caladero conocido como ``La bañera''. Vientos con alguna racha de 126 km/h y olas de 14 metros fueron el resultado visible más extremo de un situación meteorológica muy cabreada.

Pero si hemos de remontarnos a una situación extrema desconocida por estos lares desde hace mucho tiempo, ésa fue la que desencadenó el huracán del 14 y 15 de febrero de 1941, una intensa borrasca que entró por Galiza y tocó tierra con destrozos que se reprodujeron a decenas de kilómetros hacia el interior del litoral vasco. En todo el siglo XX no se ha registrado por aquí algo igual. En Donostia, la velocidad del viento llegó a los 180 km/h y en Gasteiz 103.

Desde entonces, situaciones que se aproximaron a aquella contundencia ocurrieron con el temporal del 11 de diciembre de 1978, con el ciclón tropical Hortensia a principios de octubre de 1984 -144 km/h en la capital donostiarra- y la violenta borrasca Martin -que dejó rachas de 141 km/ en Punta Galea, 151 en Lekeitio, 130 en Zumaia o 126 en Bilbo-, apenas 24 horas después del paso de su `hermana' Lottar, a finales de 1999.

¿Volverá a ocurrir algo de aquello? Según el investigador Domingo Rasilla, en base a los datos de rachas máximas de viento en Santander, estadísticamente no sería antes de 2040 cuando volvamos a vivir algo similar a lo del huracán de 1941.

Olas y viento se esperaba que fueran los protagonistas de esta pasada noche. El temporal costero de marzo del año pasado fue calificado en algún medio de comunicación como el más dañino de la última década. Hubo olas de 10 metros de altura significante en Pasaia, un registro que ni mucho menos supera algunos de los registros habidos en las últimas décadas.

Olas de hasta 25 metros

Tomando como referencia el puerto exterior de Pasaia, tenemos que no es raro que en algún momento de cada año se alcancen alturas por encima de los 11 metros. Para anoche se anunciaban olas de hasta 14 metros, pero es que en febrero de 1973 ya las hubo; en el mismo mes del año siguiente hubo de 16,8 metros; de 19,2 en febrero de 1972 y olas de unos estremecedores 25,4 metros el 2 de diciembre de 1976. Mucho más cerca en el tiempo, el 2 de junio de 2003, en la costa de Iparralde se detectó una ola gigante que pudo llegar a los 20 metros.

Respecto al intenso viento anunciado no sólo para esta madrugada sino para la jornada maturina de hoy, el récord en cuanto a rachas de viento en Euskal Herria lo detentan los 216,7 km/h registrados en Jaizkibel el 27 de febrero de 2004.

Más recientemente, en noviembre de 2006 la estación meteorológica de Euskalmet en Urduña, a 934 metros de altitud, contabilizó una racha de 210 km/h. El 7 de febrero de 1990 se midieron en Matxitxako 190 km/h.

Dentro de esta estadísticas de rachas de viento, sin duda quedó en los anales meteorológicos vascos la registrada durante la visita papal a Euskal Herria el 6 de noviembre de 1982. En Igeldo se alcanzaron los 184 km/h, con velocidades medias superiores a los 100 km/h. .

Actividades suspendidas, barcos atados y evacuaciones preparadas

Ante la previsión de que poblaciones costeras se vean amenazadas por olas gigantes, los servicios de emergencia están desde ayer preparados para ejecutar evacuaciones, si resultara necesario. Asimismo, se han adoptado medidas en los puertos, para proceder al amarre de barcos, y se está estudiando que algunos puertos alberguen embarcaciones que se puedan encontrar en dificultades.

Y es que este gran temporal viene después de varios días en los que el estado de la mar ha causado importantes problemas en el tráfico marítimo. Así, el miércoles más de una veintena de barcos -grandes buques mercantes y petroleros, sobre todo- no pudieron entrar en el puerto de Bilbo por la mala mar, y el jueves, al remitir el temporal, la entrada a los muelles de Santurtzi y Zierbena se saturó por la cantidad de barcos que querían entrar. De hecho, la autoridad portuaria de Bilbo tuvo que ordenar a varios pesqueros procedentes de Bermeo, que el miércoles se refugiaron en Santurtzi, que abandonaran ese lugar para que pudiesen atracar los mercantes, lo que hizo posible una imagen insólita, como es la de los pesqueros de Bermeo anclados en el canal de Deusto. Allí permanecían ayer ante lo que se avecinaba. El Puerto de Pasaia también anunció que acogerá a todo tipo de barcos para dar abrigo en su dársena interior a las embarcaciones pesqueras y náutico-recreativas

El embate metereológico, de todos modos, afectó a mucha más gente que la directamente ligada al mar, ya que diputaciones, ayuntamientos y autoridades portuarias dieron la voz de alarma. Así, la Diputación de Bizkaia ha suspendido todas sus actividades al aire libre hasta la medianoche de hoy, y la de Araba ha ido más allá, cerrando todos sus edificios -museos, casas de cultura...- este fin de semana, y suspendido todas sus actividades. Además se ha desalojado el alberque de Zuaza y el resto de alberques deberán estar preparados para cualquier eventualidad. Los ayuntamientos de Bilbo, Donostia, Gasteiz e Iruñea también han adoptado medidas de previsión similares, y se han suspendido eventos deportivos como partidos de rugby y de fútbol.

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