América latina | Angel Guerra Cabrera 2009/1/22
Obama, Gaza y la nueva coyuntura
(...) Como el Supermán de las tiras cómicas, al margen de la realidad social, y de los límites que le imponen ser prisionero, y producto, de las rígidas reglas del capitalismo y de la estructura del poder estadounidense, según el patrón mediático debemos cruzarnos de brazos a esperar por los milagros que hará el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Suplantadas en los televisores de un plumazo las dantescas imágenes dejadas por años de férreo bloqueo, represión inmisericorde y casi un mes de ametrallamiento de Gaza «en vivo y en directo» por las del espectacular show de toma de posesión del nuevo mandatario, la consigna es portarse bien.
Entre la absoluta impunidad que, con la incondicional aprobación y apoyo de la elite estadounidense -republicana y demócrata- Israel ha ejercido su barbarie inaudita, y la infundada idea de confiar nuestro destino a la ejecutoria de un solo individuo podemos discernir el mensaje del sistema dominante. En el campo simbólico no puede ser más gráfico: no habrá clemencia con los que disientan. Y dónde sentar mejor el precedente que en Gaza, corazón de la identidad, los anhelos y el indoblegable espíritu de lucha palestinos (...).
La oportunidad escogida para dar una lección a Gaza no es fortuita. Quienes se han enriquecido y apoyado su poder con el fraude electoral, financiero, empresarial y guerras justificadas con burdas mentiras a expensas de hundir en un agujero negro la economía mundial y hambrear a cientos de millones, ahora temen la insubordinación generalizada. Irak, Afganistán, Líbano, Nepal, Grecia, la emergencia en América Latina de novedosas alternativas y una voluntad de integración que acoge a Cuba con todos los honores, anuncian la reacción (...).
La situación que enfrentará el nuevo gobernante, en casa y en el mundo, es mucho más grave de lo que se reconoce por sus causantes y puede suponerse que lo haga reajustar la magnitud de las ambiciones hegemónicas de su antecesor. Pero por más que atempere sus modales, retórica y escala de acción, el imperio no cambiará su naturaleza agresiva, depredadora y expansionista.