La Fiscalía de la Audiencia Nacional española ha renunciado a seguir exigiendo la entrega temporal del preso político bilbaino Garikoitz Aspiazu, Txeroki, por su presunta participación en el atentado de Capbreton en el que resultaron muertos dos guardias civiles, después de que las autoridades francesas no hayan encontrado ningún indicio que relacione al joven vizcaino con la acción armada.

Tras su detención en la localidad pirenaica de Cauterets el pasado 17 de noviembre, el Ministerio español del Interior, con sucesivas ruedas de prensa de su ministro, Alfredo Pérez Rubalcaba, dio casi por segura la participación de Aspiazu en el atentado de la localidad landesa, argumentando que éste lo habría reconocido en un supuesto encuentro mantenido con los iruindarras Aurken Sola y Xabier Rey, quienes, según Rubalcaba, habrían informado a la Policía española durante el periodo de incomunicación al que permanecieron sometidos tras su arresto el pasado otoño. Un dato que en su día fue difundido por la gran mayoría de los medios españoles como si de una verdad inequívoca se tratase.

Algo parecido sucedió tras el arresto del lasartearra Aitzol Iriondo tres semanas después, cuando el Ejecutivo de José Luis Rodriguez Zapatero trató de endosarle la autoría del atentado de Capbreton, aunque en este caso la Policía francesa tampoco ha encontrado hasta la fecha prueba alguna para imputarle responsabilidad alguna en la muerte de los dos guardias civiles en el citado municipio landés.

Dos peticiones más

No obstante, la Fiscalía del tribunal especial de Madrid ha cursado dos nuevas peticiones de entrega contra Aspiazu que se suman a las veintiún existentes contra él.

Estas dos últimas reclamaciones estarían relacionadas con su presunta participación en el comando K-Olaia de ETA, al que las autoridades españolas le atribuyen la autoría de varios atentados en Bizkaia entre 2001 y 2003.