El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, Txiki, explicó que ELA se movilizará comarca por comarca de Hego Euskal Herria para reivindicar «un mejor reparto de la riqueza» en este momento en el que la crisis está teniendo unas consecuencias directas en el mercado laboral, con el incremento de los niveles de desempleo y de los expedientes de regulación entre los trabajadores.

A ambas formulaciones, añadió la amenaza que acecha a los trabajadores de poner en marcha una nueva reforma laboral para flexibilizar «aún más» las relaciones laborales, unido a una rebaja de salarios que es, en definitiva, lo que persiguen «los empresarios, con el apoyo directo de los poderes públicos, para continuar manteniendo su alto nivel de beneficios», según explicó Muñoz.

Alternativas a la crisis

ELA entiende que hay alternativas a la crisis. La primera que se aumente el gasto público, ya que «los presupuestos de Gasteiz e Iruñea son continuistas y, por lo tanto, no son una solución para la crisis. Barack Obama, el presidente de Estados Unidos, ha planteado un déficit de un 8%, unos 825.000 millones de dólares para inyectar a la economía, ya que consideran que si la tasa de desempleo llega al 10% sería una hecatombe».

El Gobierno de Gasteiz, sin embargo, mantiene superávit año tras año y, en cambio, el gasto social es el segundo más bajo de la Unión Europea. Esta es la segunda fórmula que propone ELA: incrementar el gasto social para hacer frente a los problemas sociolaborales asociados a la crisis. Pero el líder de ELA remarcó que «las condiciones de trabajo no tienen nada que ver con la crisis. El nivel de empleo no tiene que ver con los salarios, porque siguiendo esa fórmula en Suecia no trabajaría nadie y en África lo haría todo el mundo».

A juicio de Muñoz, se debe desenmascarar la estrategia de los gobiernos y empresarios porque «los salarios y el empleo no pueden ser lo que paguen una crisis que no han generado». Precisó que «el debate central debe girar por un cambio en la política fiscal», dado que las haciendas forales han recortado los impuestos precisamente a las rentas empresariales. Es decir, como explicó Txiki Muñoz, han actuado en sentido contrario al que deberían haber hecho en un momento en el que los recursos para activar la economía escasean

Citó, en este caso, al último premio Nobel de Economía, Paul Krugman, que el pasado domingo escribía en «El País» que «la anticuada economía del vudú -la creencia en la magia de las rebajas fiscales- ha desaparecido del discurso civilizado. El culto a la economía de la oferta se ha reducido hasta tal punto que sólo lo profesan maniáticos, charlatanes y republicanos».

Amaia Muñoa, secretaria general adjunta, se encargó de detallar la política fiscal de las haciendas forales vascas.

«Hay mucho interés en que no se sepa lo que han hecho, pero en nuestra campaña vamos a explicar comarca por comarca que la reforma del IRPF de 2007 ha posibilitado que las rentas salariales de los trabajadores coticen a un mínimo del 23% y, sin embargo, las rentas de capital lo hagan al 18%, es decir, cinco puntos por debajo de lo que pagamos los trabajadores». Para ella, «es un escándalo».

Txiki Muñoz añadió la pérdida de 250 millones de euros anuales para las arcas públicas por la desaparición del Impuesto de Patrimonio «bajo la disculpa de que quienes más tienen no lo pagaban». Además, recordaron el «espectáculo» en torno a la rebaja del Impuesto de Sociedades. ELA señaló que «es mentira que esa reducción permita afrontar mejor la crisis, porque ese impuesto sólo lo pagan las empresas que tienen beneficios», apostilló Muñoa.