En la presentación del programa de actividades para el curso 2008-2009, el rector insistió en su defensa del controvertido proceso de Bolonia. «Tenemos un compromiso, nos proponemos no dejar de ofertar formación superior universitaria en ningún área de conocimiento y queremos hacerlo de forma responsable», afirmó Iñaki Goirizelaia ante los cerca de 150 claustrales reunidos en el Aula Magna de Ingenieros, en Bilbo.

En el Consejo de Gobierno de la UPV-EHU del 12 de marzo, avanzó, se aprobarán 61 doctorados adaptados al Espacio Europeo de Educación Superior, «32 de ellos han logrado la mención de calidad», apuntó.

Ikasle Abertzaleak, dentro y fuera del Aula, le recordó su oposición al modelo impuesto y reivindicó la construcción de una universidad para Euskal Herria. Una de sus representantes, presente en la Mesa, tuvo la oportunidad, en el turno de preguntas, de exponer la visión que la primera organización estudiantil de la UPV-EHU tiene de los planes de Goirizelaia.

Como ya anunciaron, su intención va a ser «quitar el disfraz euskaldun y democrático» al nuevo rector y mostrar que aún no es posible estudiar en euskara en una universidad, en la que el control social y la represión no son una anécdota en su día a día. Un botón de muestra es el operativo policial montado en torno al Claustro, con una importante presencia de guardas y ertzainas dispuestos a impedir cualquier protesta.

Los claustrales de IA participaron en una concentración, con 50 asistentes a las puertas del centro, y luego portaron carteles en los que denunciaron su oposición a una UPV-EHU «española y que vela por los intereses económicos de los empresarios». Su crítica les llevó a ir disfrazados de mendigos para mostrar la precariedad laboral a la que les abocará el modelo impuesto por Bolonia.

No fueron los únicos, en Gasteiz, en el vestíbulo de la Facultad de Letras, alumnos y profesores realizaron una sentada en protesta por la amenaza de supresión de las carreras de Filología Hispánica, Clásica, Francesa y Alemana, en virtud de un decreto rubricado el 29 de enero por el consejero de Educación. Lakua pretende así, en el camino de adaptación a Bolonia, dejar de ofertar enseñanzas universitarias de grado con menos de 30 alumnos nuevos inscritos a partir del curso 2010-2011.