Las negociaciones de los grupos palestinos para conformar un Gobierno de unidad han dado sus frutos. Y es que ese acuerdo de unidad se antojaba indispensable si se pretendía abordar una negociación con Israel con mínimas garantías, es decir, parecía indiscutible la necesidad de una estrategia común para hacer frente a la ocupación y represión sionista. No es la primera ocasión en que los palestinos acuerdan un Gobierno de unidad nacional, y por eso es de desear que las bases del presente sean más sólidas que las de 2007, y que la amarga experiencia tras su ruptura sirva para no repetir errores. El acuerdo contempla, asimismo, la reestructuración de la OLP, necesaria de cara a elaborar una estrategia de liberación nacional conjunta. El acuerdo de ayer no es una buena noticia para Israel, y ello debería ser algo a tener muy en cuenta por los palestinos.

Es de destacar, por otro lado, el llamamiento de varias personalidades, mediadoras en procesos de paz, al final de la política de aislamiento de Hamas, pues, desde su experiencia, advierten de algo tan sencillo de entender como que no puede lograrse una paz real aislando y atacando a una parte de los palestinos.