Intervención de Washington
Nuevo rescate multimillonario para AIG, que presenta pérdidas récord
Minutos después de que la aseguradora AIG diera a conocer pérdidas de 99.289 millones de dólares en 2008, el Gobierno estadounidense puso a su disposición 30.000 millones de dólares adicionales de las arcas públicas al considerar que la situación de la compañía supone un riesgo sistémico y que «el coste de la inacción del Gobierno sería extremadamente elevado». Se trata de la tercera intervención estatal desde setiembre pasado.
GARA | NUEVA YORK
La aseguradora estadounidense AIG dispone de una nueva inyección multimillonaria pública para evitar una quiebra con «consecuencias temibles» y ayudarle a hacer frente a sus pérdidas, que rozan los 100.000 millones de dólares en 2008. Sólo minutos después de que la compañía presentara pérdidas de 61.659 millones de dólares entre octubre y diciembre -la mayor pérdida trimestral en la historia empresarial estadounidense-, el Departamento del Tesoro y la Reserva Federal hicieron público un comunicado anunciando que ponían 30.000 millones de dólares a disposición de la aseguradora, que no dudó en gastar 343.000 dólares de las ayudas públicas en un seminario para ejecutivos en un exclusivo y lujoso hotel en Arizona en noviembre y otros 440.000 dólares en vacaciones en un balneario en California apenas una semana después del primer rescate.
Washington explicó su nueva ayuda - la tercera desde setiembre-, en el «riesgo sistémico» que representa la situación de la compañía y busca «reforzar las finanzas de la empresa» contribuyendo a «una reestructuración pedida» de AIG mediante «la separación de las actividades no centrales».
«Habida cuenta del riesgo sistémico que AIG representa y de la fragilidad de los mercados, el coste potencial para la economía y el contribuyente de una inacción del Gobierno sería extremadamente elevado», aseguró el Tesoro.
No descartan nuevas ayudas
La nueva ayuda de 30.000 millones se añade a los 150.000 millones de dólares ya liberados por el Estado federal para mantener a AIG a flote a cambio de la puesta bajo tutela del grupo y de una adquisición de participación federal de hasta un máximo de 79,9%.
La Reserva Federal (Fed) señaló que reducirá los tipos de interés que aplica a la aseguradora por acceder a una línea de crédito que el banco central ha puesto a disposición de la firma.
Además, la Fed tendrá una participación en dos unidades internacionales de AIG, American International Assurance, con operaciones en Asia, y American Life Insurance, que opera en un total de cincuenta países.
La que fuera la mayor aseguradora del mundo, y que tuvo que ser parcialmente nacionalizada en setiembre cuando estuvo a punto de declararse en bancarrota a la par que el banco de inversión Lehman Brothers, ha tomado prestados ya 38.000 millones de dólares de la Fed.
En lugar de pagar ese dinero y los intereses correspondientes, la compañía aseguradora ofrecerá al banco central estadounidense una participación en las citadas subsidiarias. Tanto la Fed como el Departamento del Tesoro insistieron en que el futuro de AIG es tan crucial para la economía estadounidense y el sistema financiero que es necesario ayudarla y mantuvieron abierta la posibilidad de inyecciones adicionales «en caso de ser necesario».
«Esto llevará tiempo y probablemente ayuda adicional del Gobierno si los mercados no mejoran y se estabilizan», señalaron las dos instituciones.
Consideraron que AIG afronta todavía «desafíos significativos» debido al rápido deterioro en distintos mercados financieros en los últimos dos meses del año. «Los recursos adicionales ayudarán a estabilizar la compañía y al hacerlo estabilizarán el sistema financiero», indicaron.
AIG tiene operaciones en más de 130 países y un billón de dólares en activos en su balance.
El presidente y consejero delegado, Edward Liddy, manifestó al presentar los resultados que la empresa había logrado «progresos significativos» en cuanto a la liquidez de su división financiera, entre otros ámbitos.
Agregó, no obstante, que la economía y los mercados de capital «siguen convulsos» y que la compañía está adoptando medidas adicionales para preservar el valor de sus negocios y lograr el máximo rendimiento «en beneficio de los accionistas y de los contribuyentes».
«Caída libre»
Liddy no descartó que pidan nuevos rescates. «Depende de lo que ocurra en los mercados de capital a partir de ahora. En setiembre atravesamos una crisis de liquidez de proporciones increíblemente grandes y eso se ha estabilizado. Nuestra posición de liquidez está bien ahora, pero los mercados de capital se encuentran en tal 'caída libre' que debemos enfrentar otro riesgo, como el de contar con patrimomio suficiente para soportar la deuda», manifestó.
La nueva ayuda a AIG se produce sólo tres días después de que el Gobierno acudiera al rescate, por tercera vez también, del Citigroup, uno de los mayores bancos y con más problemas de EEUU. Tras dos inyecciones multimillonarias, decidió aumentar hasta el 36% su participación. Con esa operación los contribuyentes, que de forma indirecta ya han inyectado 45.000 millones en el que fuera el mayor «supermercado financiero» del mundo, serán los mayores accionistas.
El economista y premio Nobel de la Paz bengalí Muhammad Yunus abogó en Londres por un nuevo orden financiero internacional basado en la confianza y el altruismo como forma de resolver muchos de los problemas que plantea la crisis global.
Fundador del banco Grameen, que ha llevado las microfinanzas a más de siete millones de personas, ofreciendo créditos sin aval, propugnó un sistema bancario más inclusivo basado en microcréditos y «negocios de tipo social», en una conferencia pronunciada anoche en la Royal Geographical Society. «El asunto no es si los pobres son dignos de crédito sino si los bancos son dignos de la gente», afirmó.
GARA
El banco británico HSBC inició ayer una ampliación de capital por valor de 12.500 millones de libras esterlinas (14.100 millones de euros al cambio actual) para reforzar sus recursos propios, después de que cayera a casi la mitad su beneficio anual y la morosidad se disparase en Estados Unidos, y anunció 6.100 despidos.
El beneficio neto de HSBC, la mayor entidad bancaria de Europa, cayó un 62%, hasta los 9.300 millones de dólares (7.385 millones de euros), teniendo en cuenta un gasto de 10.600 millones de dólares (millones de euros) realizado en Estados Unidos. A eso sumó las pérdidas de 15.500 millones de dólares (12.309 millones de euros) en el país norteamericano y anunció el cierre de la mayoría de sus oficinas estadounidenses y el despido de 6.100 empleados.
La mayor entidad de Europa ofrecerá 5.060 millones de acciones a 254 peniques (287 céntimos de euro) cada una, aunque a un precio que tiene un 48% de descuento. HSBC anunció un beneficio ajustado antes de impuestos de 19.900 millones de dólares (15.803 millones de euros), lo que supone una caída del 18% respecto a 2007. Aún así, logró superar los 19.000 millones de dólares (15.090 millones de euros) que pronosticaron los analistas.
El banco consideró que esta emisión de nuevas acciones es el plan más conveniente para sus accionistas y contribuirá a fortalecer su posición.
El año pasado, el Royal Bank of Scotland (RBS), uno de los bancos británicos más castigados por la crisis crediticia global, anunció un plan similar con la emisión de nuevas acciones por 12.000 millones de libras (13.560 millones de euros).
En cuanto a los beneficios del HSBC, su beneficio bruto se situó en 9.307 millones de dólares (unos 7.343 millones de euros) en el 2008, lo que supone un descenso del 62% frente al 2007, cuando el beneficio bruto alcanzó 24.212 millones de dólares (unos 19.103 millones de euros).
El beneficio operativo se colocó en el 2008 en 7.646 millones de dólares (unos 6.032 millones de euros) frente a 22.709 millones de dólares (unos 17.917 millones de euros) del año anterior.
Los ingresos operativos totales de la entidad se situaron en 88.571 millones de dólares (unos 69.882 millones de euros) en 2008 frente a los 87.601 millones de dólares (unos 69.117 millones de euros) de 2007.
Al dar a conocer los resultados, el presidente del HSBC, Stephen Green, subrayó que 2008 fue el año más difícil en más de medio siglo para la economía global y los servicios financieros.
Puntualizó que el HSBC «no ha sido inmune» a la crisis, pero afirmó que el negocio del banco está construido sobre una base sólida, por lo que los resultados «demuestran nuestra capacidad para soportar la tormenta». También informó de que ningún director no ejecutivo recibirá primas en efectivo por el año 2008.
El director Financiero, Douglas Flint, por su parte, explicó que pretenden posicionarse «defensivamente para los tiempos turbulentos que corren y oportunamente para las opciones que puedan surgir».