SEGUNDA Ninguno de los seis primeros ganó y eso permite recortar la desventaja con el ascenso en dos puntos
La Real cumple con su obligación y sigue viva
Aranburu marcó con la ayuda de un defensa sevillista el único gol de un encuentro dominado siempre por los blanquiazules, que merecieron sentenciar con anterioridad a un rival que sólo buscaba acabar sin goles.
REAL SOCIEDAD 1
SEVILLA ATLÉTICO 0
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
Mientras hay vida hay esperanza y la Real sigue viva tras lograr su primera victoria del año en Anoeta y romper con la racha de tres derrotas consecutivas. El triunfo unido al hecho de que ninguno de los seis primeros logró ganar permite recortar la desventaja con ellos en al menos dos puntos y el ascenso queda ahora a siete, ocho con el average con el Hércules.
Por ello el objetivo sigue muy complicado, pero las pocas opciones se multiplican cada vez que se consigue una victoria y no ganan los demás y por ello la Real tendrá que ganar el sábado en el campo del líder Xerez para reforzar las esperanzas que dejó un triunfo corto, pero más que merecido ante un Sevilla Atlético que causó una triste impresión. Es incomprensible cómo un equipo de chavales, algunos con calidad, que no tienen nada que hacer en la clasificación, salen al campo a defender un cero a cero y a no jugar a fútbol, a tirarse al césped a perder el tiempo, a encerrarse en su área desde el inicio hasta el final...
Ante ese rival la Real hizo más que lo suficiente para cumplir con lo que ayer era una obligación. Metió un gol a falta de ocho minutos por mediación de Aranburu con ayuda de un defensa visitante, pero tuvo ocasiones para sentenciar antes. Hubo dos penaltis que Ontanaya López pudo pitar en el área sevillista y la Real lanzó trece saques de esquina con el marcador a cero, aunque sin llegar a rematar con peligro ninguno.
Era un partido complicado porque el rival no dejaba espacios y se limitaba a defender y el ambiente estaba enrarecido en Anoeta tras las últimas derrotas. Pero la mayoría de la gente estuvo con el equipo como siempre y eso permitió a la Real jugar con la paciencia que no se tenía en la grada. El equipo movió el balón con demasiada lentitud -al fútbol hay que jugar con un ritmo más alto-, pero con bastante criterio. Se buscaban pases en el centro a Xabi Prieto, Sergio y Aranburu y por fuera a Marcos y al donostiarra, que demostró su gran calidad en el uno contra uno, aunque a veces le sobraba alguna frivolidad.
Pocas ocasiones claras
Con este juego la Real fue capaz de llegar con relativa comodidad a los últimos veinte metros, aunque fueron pocas las ocasiones claras creadas. En el primer tiempo se pueden contabilizar una volea de Mikel Aranburu desde fuera del área, un corner cerrado de Marcos, un disparo del balear con la derecha, un remate de Mikel González a la media vuelta, pero la única clara llegó tras un control y disparo seco de Abreu al que Ruyales, el mejor del partido, respondió con una gran intervención.
Los blanquiazules en este período mantuvieron el tipo pese a las dificultades que entraña jugar con un sistema extraño. El Sevilla Atlético no presionaba la salida del balón desde los tres centrales y éstos tuvieron que asumir la responsabilidad de iniciar el juego con pases a los centrocampistas que bajaban a recibir y en ocasiones con subidas a zonas que no dominaban.
Por fortuna el Sevilla Atlético se olvidó de atacar y no buscó los espacios que se creaban con esas subidas y con el propio sistema de tres defensas. Cuando salía el balón de los centrales principalmente se buscaba la banda derecha dentro de un sistema desequilibrado en el que se jugaba con Labaka, Gerardo y Xabi Prieto por esa banda y sólo con Mikel González y Marcos por la izquierda.
El donostiarra hizo casi todo lo que quiso en su banda y cuando no le llegaba el balón bajaba al centro a buscarlo. Forzó buena parte de los ocho corners que lanzó la Real en el primer tiempo y suyo fue el centro que casi remató a la red Abreu.
Ataque sin tregua
En el segundo tiempo la Real siguió la tónica del primero y asumió más riesgos con la entrada de Necati en lugar de Gerardo. Ante la superioridad de Prieto sobre Ríos, Galeote dio entrada a Óscar Ramírez, pero curiosamente el gol iba a llegar en una jugada por banda izquierda con la que Moha corrigió sus pésimos primeros dos minutos sobre el terreno. Con ella Aranburu vio premiada su decisión a la hora de pisar el área, algo que se necesita cuando el equipo tiene tantos problemas para marcar. Poco antes había rematado muy bien de cabeza con otra gran parada de Ruyales y en la jugada del gol remató con decisión y tuvo la suerte de que el balón iba fuera y acabó en la red tras tocar en un defensa visitante.
A partir de ahí la Real bajó el ritmo de su juego, la verdad es que nunca fue alto, y se limitó a dejar pasar el tiempo ante un Sevilla Atlético que ni en desventaja mostró mordiente. Así se consiguió romper la racha negativa y ahora toca comenzar con la positiva si se quiere mirar la clasificación en lo que resta de temporada. El promedio del Hércules sigue obligando a sumar 72 puntos para subir y para llegar a esa cifra hacen falta once victorias en quince partidos. Son muchas. Para mantener esperanzas la victoria ante el líder Xerez resulta tan obligada como la de ayer con el colista. Todo está muy complicado, pero por lo menos hoy se pueden hacer cuentas. Buena señal.
Preguntado por la continuidad en el banco lograda gracias al triunfo, Lillo respondió que «lo mío es lo de menos. No piensas en eso, ni antes ni durante. Estás pendiente del juego y ya tienes bastante. Lo importante es la Real, ¿qué más da Juanma Lillo?. Lo importante es que se ha roto una racha, eso era casi lo fundamental para este partido. Porque por más que hayas sido superior y hayas tenido ocasiones, hay que meterlas y nos cuesta un mundo hacerlo. Así ha entrado el gol, le ha tenido que pegar a uno de ellos, aunque creo que iba para dentro».
En su análisis del encuentro señalaba que «al comienzo la paciencia nuestra provocó la impaciencia de la gente y tenía miedo de que el equipo jugara al ritmo de la gente, pero han tenido personalidad para tomarse el tiempo necesario para que la pelota llegara al área y por fuera con sentido. Supimos no jugar de forma impaciente».
Sobre las opciones de ascenso primero ironizó en su línea del viernes: «Vamos a ver. Teóricamente no tenemos nada que hacer porque se nos ha ido el tren y el avión... Vamos a ir a Xerez a jugar y a ver qué pasa». Luego más en serio dijo que «a mí me parece que hay que seguir peleando, vamos a ver contra el líder nuestra medida respecto a ellos y cuando acabe ese partido igual estamos en mejor disposición. De los seis primeros no ha ganado ninguno e igual a alguno le toca vivir ahora lo que los demás ya hemos vivido».
El técnico sevillista, Fermín Galeote, dijo que «habíamos analizado bien el juego de la Real. Los tapamos muy bien e insistieron en nuestra banda izquierda, donde tuvimos que reforzar esa posición. El gol fue más un fallo nuestro de juventud que un acierto de la Real. Era un balón nuestro con un jugador tumbado en el suelo».