El sector automovilístico del Estado español, bajo el paraguas de la gran patronal CEOE, reeditó ayer la petición de ayudas que hace un mes planteó al Gobierno para reactivar esta industria y, en esta ocasión, supeditó el empleo a la concesión de ayudas. Reclaman un paquete de ayudas directas a la compra de vehículos por un importe de 560 millones de euros.

Días después de que el ministro español de Industria. Miguel Sebastián, declarase, por dos veces en sede parlamentaria, que no habría ayudas directas a la compra de coches y que culminado el presupuesto anual del Plan Vive no habría más, el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, afirmó que no contempla que se ignore su demanda porque «la situación cada semana se agrava más».

En la rueda de prensa posterior a la reunión con representantes del sector, al presidente de la CEOE reclamó la implicación directa de Rodríguez Zapatero en la solución de los problemas de una industria que «se considera estratégica en la generación de riqueza».

Las organizaciones sectoriales incidieron en la bondad de las ayudas directas.

La sombra de la fuga de empresas estuvo presente y fue expuesta sin reservas por el presidente de los empresarios de componentes, José María Pujol, advirtiendo de «una situación que se puede convertir en dramática en sólo unos meses para una actividad que da empleo a unas 300.000 personas».

La peticiones se articulan en ayudas directas al usuario de 1.200 euros para la compra de turismos y comerciales ligeros, 3.000 euros para vehículos industriales medios y de 12.000 euros para camiones de más de 16 toneladas.