Raimundo Fitero
Telepredicadores
No es únicamente cuestión de formato, se trata de una auténtica inflación de los telepredicadores con corbata, alzacuellos, camisa abierta, traje chaqueta con collar de perlas, cortes de pelo a navaja o cardados de los que provocan más agujero en la capa de ozono que un desfile militar al deberse aguantar con toneladas de laca mezclada con locktite. El celo del poder ha convertido las pantallas televisivas en teletiendas políticas, en la que los candidatos, los no candidatos, los subalternos y las cuadrillas repiten consignas como si leyesen los evangelios apócrifos.
El famoso Padre Loring, ese cura ultramontano que aparece en la pantalla con su traje de predicador global en un escenario magnífico rodeado y acompañado por las palabras corpóreas que le limitan los movimientos, pero le hacen que luzca mejor con su retórica incendiada poniéndole precio a la misa se convierte en un monaguillo al lado de algunos de los grandes maestros actuales de la malinformación, la tendenciosidad y los manejos de los hilitos del poder. Hay auténticos telepredicadores de la derecha, el centro y el centro derecha, españoles o autonómicos, con acta de diputado, con cargo organizativo o simplemente presentados como «periodistas objetivos» que están produciendo toda la contaminación posible para que las cosas vuelvan a su cauce histórico.
La actitud de los asustados miembros del PNV en estos días es una reiteración de todas sus bajezas para perpetuarse en el despilfarro de su botín. Dicen que se han agotado las máquinas que destruyen documentos, por si las moscas. Y por el otro lado tenemos a la pareja de moda Antonio y Pachi, que ya empiezan a sentir los cuernos. Todavía no han consumado el acto y ya sospechan. Las frases de estos días son para guardar porque dentro de poco veremos como se desdicen todos. Los telepredicadores se convierten en seres convincentes al lado de estos vende peines.
Aquí el único que sabe estar es ese torero o ex torero, el viudo de Rocío Jurado, que se dirige a la portentosa máquina de consumir laca y de mentir, la gran Esperanza Aguirre como Dolores Aguirre que es el nombre de una conocida ganadera de toros bravos. Cuestión de cuernos.