Con motivo de la celebración el próximo sábado, día 21, del Día Internacional contra el Racismo y la Xenefobia, la plataforma de personas migrantes en Euskal Herria, Anitzak, opinó ayer que las fuerzas sociales, sindicales y culturales de este país, y las personas y colectivos con otras procedencias, deben expresar un «rechazo unitario» a las políticas migratorias vigentes en la UE y, por tanto, en los Estados español y francés, ya que «este ámbito y esta fecha no es patrimonio de nadie», sino que «es un campo de lucha, de reconocimiento y acumulación de todos los sectores populares que nos sentimos parte de este pueblo y queremos una sociedad más justa y libre». Por ello, hizo un llamamiento a «sumar y aunar fuerzas» el día 28, sábado, con una convocatoria unitaria en las capitales de Euskal Herria.

En una rueda de prensa, representantantes de Anitzak denunciaron las «restrictivas políticas de migración y asilo, de control y expulsión, que los estados del `norte' del planeta vienen aplicando desde hace décadas» y que, a su juicio, son causa principal del racismo y la xenofobia contra las personas que deben abandonar sus lugares de origen por motivos políticos, económicos o de otra índole. Señalaron, a este respecto, que esas políticas «que nos sitúan a los colectivos y personas migrantes y asiladas en el centro de sus estrategias de seguridad policial y militar, y de explotación económica, vulneran los más elementales derechos individuales y colectivos».

Significado especial

Anitzak considera que este 21 de marzo «tiene un significado especial para Euskal Herria», ya que «la crisis económica y social provocada por el capital trasnacional no sólo va a afectar de una manera especial a las y los trabajadores procedentes de otros pueblos de fuera de la UE» sino que «también puede incrementar las contradicciones entre diferentes sectores obreros y populares de este pueblo».

«Asimismo -añade-, el ciclo político abierto va a volver aún más incierto, si cabe, no sólo el derecho a decidir mayoritariamente reclamado por la sociedad vasca, sino también los derechos sociales, laborales, culturales y políticos de las personas que vivimos en él, tengamos el origen que tengamos».