Tras los despidos, llegan los recortes de jornada y sueldo a las empresas de automóviles de Japón
Los fabricantes japoneses de vehículos han comenzado a implementar reducciones de jornada y turnos, acompañadas de rebajas en los salarios, como medidas de urgencia para hacer frente a la considerada como una de las peores crisis de su industria.
GARA
Tras haber anunciado durante meses recortes masivos de su plantilla, cierres temporales de fábricas y estrepitosas caídas de sus beneficios, los fabricantes nipones están empezando a idear estratagemas para evitar el despido de más gente y mantener a flote sus empresas.
Las medidas, que incluyen en algunos casos el permiso para buscarse un segundo empleo, se basan principalmente en una reducción de las horas de trabajo, los turnos, o de las jornadas laborables, unidas, por supuesto, a una reducción proporcional de los salarios.
Nissan, el tercer fabricante de vehículos de Japón, es el que más variedad de opciones ha dispuesto para sus trabajadores, tras haber anunciado en febrero que, a pesar de todo, despediría a 20.000 personas en todo el mundo. Además de la posibilidad de compartir trabajo, que consiste en reducir la jornada laboral y el salario para que la compañía no se vea obligada a más despidos y conseguir reducir costes, Nissan autoriza a partir de este mes que sus empleados se busquen otro empleo.
«La medida permitirá a los trabajadores tener unos ingresos extra para complementar la reducción de sus salarios», dijo una portavoz del fabricante nipón, en alianza desde 1999 con la casa francesa Renault.
La compañía favorecerá además que alguno de los bancos nipones con los que más ha trabajado a lo largo de su historia concedan créditos a bajo interés a sus trabajadores, para que estos puedan afrontar gastos elevados, tales como la organización de una boda o las cuotas mensuales de la educación de sus hijos.
En marzo de 2008, la fuerza laboral de Nissan en todo el mundo era de 240.000 personas y actualmente es de 235.000. A finales del ejercicio fiscal, que concluirá en marzo de 2010, Nissan contará con un máximo de 215.000 empleados, según los datos aportados por la compañía.
Despidos masivos en Toyota
La portavoz afirmó que Nissan «continuará tomando medidas adicionales en función de la duración y la gravedad de la situación actual», la que el propio presidente de la alianza franco-nipona, Carlos Ghosn, consideró como «la peor crisis de ventas de la historia del motor».
Por su parte el gigante Toyota, que despedirá a 5.800 empleados temporales a finales de marzo, por el momento sólo ha establecido la posibilidad de compartir trabajo en sus fábricas de Gran Bretaña a partir del próximo mes de abril.
El primer fabricante del mundo ha ofrecido a sus empleados británicos la posibilidad de reducir el 10% de su jornada laboral, acompañada de una reducción equivalente de su paga.
«En Japón por el momento no hemos establecido ninguna medida», informó un portavoz de Toyota, quien apuntó a que, a pesar de los recortes, es posible que sus empleados estén en mejor situación económica que los de sus competidores.
Las medidas de «respiro» para sus empleados coinciden con las tradicionales negociaciones de primavera entre los fabricantes y los sindicatos de trabajadores para los aumentos anuales de sueldo.
En las conversaciones del año pasado, los vientos de crisis ya empezaban a soplar debido al aumento de los costes de producción, por lo que la mayoría de los fabricantes negociaron a la baja los aumentos salariales que pedían sus trabajadores.
Este año, a pesar de las demandas de aumento por parte de los empleados, se prevé que la mayoría de las compañías no cedan a las presiones de los sindicatos, que mantienen que los trabajadores han cumplido con sus cometidos a pesar de la crisis.
Por ejemplo, en el caso de Nissan, se especula con la posibilidad de que incluso propongan un recorte de los salarios para poder alcanzar su meta de reducción de sus costes laborales en un 20%, sin tener que recurrir a los despidos.
El primer ministro nipón, Taro Aso, ha pedido a la coalición gobernante que inicie el debate para presentar nuevas medidas de estímulo económico, que podrían llegar a un billón de dólares.