Semifinales del Parejas
Irujo mete más miedo a quienes ocupen la otra plaza
Olaizola II-Mendizabal II y Bengoetxea VI-Beloki se juegan esta tarde en el Atano donostiarra el segundo billete para poder entrar en la final del 29.
IRUJO-GOÑI III 22
Koldo AKORDARREMENTERIA | GASTEIZ
Ya en la previa los cuatro pelotaris prometieron que, a pesar de la pequeña trascendencia del choque, intentarían ganar a toda costa, utilizando para ello todos los recursos a su alcance. Y no mintieron. Ya que los pelotazales -muchos- que se acercaron al Labrit ayer pudieron presenciar un encuentro muy espectacular y disputado... hasta el 14-14. Durante esa primera fase el partido discurrió por la senda de la velocidad. Todos conseguían sumar tantos; de dejada, pegándole hasta rebote, clavándola de gancho... Un inicio vibrante que animó a todos los presentes. Pero sobre todo se pudo disfrutar de un precioso duelo entre Pablito e Irujo. La tendencia de ambos al juego vivo les hizo entrar en un continuo pique, del que nadie salió perdedor, y con el que gozaron todos los que lo presenciaron.
Las igualadas fueron una constante en el luminoso, pero ya saben que a la bestia de Ibero no le gusta perder ni a las canicas. Esta vez fue una polémica decisión de un juez la que hizo saltar la chispa del temperamental jugador navarro. Su disconformidad con la decisión se tradujo en un preci(o)so juego, con el que consiguió el último parcial, que les llevó desde el mencionado 14-14, hasta el 15-22 final. Todo esto en 48 minutos, y tras 324 pelotazos a buena. Visto y no visto.
A lo que vamos
Pero -y sin querer faltar el respeto hacia el trabajo de nadie- el verdadero plato fuerte del fin de semana ha estado bien guardado en la nevera hasta hoy. Será a partir de las 18.00 cuando Olaizola II-Mendizabal y Bengoetxea-Beloki salgan a calentar al frontón donostiarra del Atano. Ya no habrá vuelta atrás, y las dos parejas abordarán la cancha con una idea clara: hacerse con la segunda plaza en la final y ganarse así el «derecho» a enfrentarse a Irujo y Goñi el 29 de marzo en el mismo escenario.
Sin necesidad de sacar a relucir nuestras dotes adivinatorias, ya se puede predecir que será un partido jugado a cara de perro, de esos en los que se lamenta cada fallo y se celebra cada acierto. Quizá no sea una actividad demasiado edificante clasificar los partidos de pelota en base a su trascendencia, pero esto es deporte de alto nivel, y a estas alturas nadie negará que hay partidos y Partidos. Todo apunta a que el de hoy será de esos escritos con mayúscula.
La vara de medir esa importancia de los partidos puede residir en diferentes situaciones; ahí está el cosquilleo en el estómago que se crea ante las grandes citas, o esa manía de mirar el reloj y saber cuánto tiempo queda para que comience el espectáculo. Pero también hay otro aspecto que puede delimitar el horizonte entre un partido común y uno especial: la intensidad de las apuestas. El de hoy es el típico choque, que sin ser una final como tal, da pie a un sinfín de pequeñas porras en bares, oficinas, polideportivos o cafeterías -por no decir aulas- de las universidades. Eso suele ser por algo.
Los cruces de declaraciones han sido en un tono distendido y de mutuo respeto. Oinatz y Rubén han querido trasladar la presión a los vigentes campeones, mientras que Aimar ha afirmado no encontrarse al 100%. No se preocupen. Nunca queda bonito darse como favorito a uno mismo, ¿no? Lo demás, con tranquilidad. Hoy a la tarde, según vayan cayendo los tantos de uno o de otro lado, acuérdense que en esto de la pelota lo importante es llegar a 22. El «cómo» y el «por qué» no importan tanto.